El Amauta
regresa de Europa en 1923 con la firme decisión de concretar un partido
de clase, un partido proletario, un partido revolucionario. Pero ya
sabemos que el camino se hace caminando, y el contacto con la realidad
peruana, y sobre todo limeña, hace que el Amauta, medite y recomponga su
plan inicial. Por ejemplo, la revista que el planeaba publiocar,
inicialmente se llamaría Vanguardia, pero después, al influjo de las
ideas y personalidad de intelectuales y artistas como José Sabogal, toma
la sabia decisión de titularla Amauta.
De
igual forma, la idea inicial, que se bosquejó en Italia con la célula
proletaria en las que estaba César Falcón, Palmiro Maquiavello, etc.,
era la de constituir un partido comunista al estilo delos partidos de la
III Internacional, y con esta misión y encargo es que vino José Carlos.
Pero nuevamente, el contacto con la realidad peruana, y en especial
limeña, dominada por el anarco sindicalismo que derrochaba activismo y
clasismo, se dió cuenta que en el Perú hacía falta un verdadero partido
socialista que no había existido nunca, y que ayudaría a temperar los
ánimos izquierdistas de los anarco sindicalistas peruanos.
Poco
a poco se fue ganando a los mejores espíritus de ellos, y los convirtió
al marxismo revolucionario. A la verdadera revolución que no puede ser
otra que la revolución socialista, actuada de preferencia por un partido
del mismo nombre. De un partido digno de ese nombre, respaldado por un
titánico trabajo de crítica y preparación. Los hitos son ; la revista
Nuestra Epoca, el diario La Razón, el Comité de Propaganda Socialista,
la revista Amauta, el quincenario Labor, La Escena Contemporánea, 7
Ensayos, Defensa del Marxismo, Ideología y Política, El Alma Matinal,
Invitación a la Vida Heroica, la creación de la Central de los
Trabajadores, y todos sus escritos, desde ese primer artículo escrito en
su adolescencia acerca del socialismo español, hasta el último
publicado en vísperas de su óbito; la Emoción de nuestro Tiempo.
Hoy
más que nunca, la necesidad de una revolución socialista se hace más
perentoria, no solamente para las masas trabajadoras del Perú, sino para
el destino de la especie humana, y del planeta tierra. Y en el Perú,
ésta no puede ser actuada sino por un partido de clase. Desechadas las
ilusiones en una alianza con la burguesía mal llamada nacional, o con la
pequeña burguesía demagógica y reaccionaria, sólo queda trabajar con
las amplias masas proletarias de la ciudad y el campo, y con todos los
elementos que, haciendo un esfuerzo supremo, logren elevarse hasta la
conciencia de clase, hasta la conciencia social, al verdadero humanismo.
A
escasos tres años del Bicentenario de Karl Marx, los marxistas
peruanos, sea cual sea su escuela, tenemos el deber y el derecho de
realizar un balance de su obra. Y dejar constancia de lo señalado por el
Amauta: mientras exista el capitalismo, el canon de Marx sigue siendo
válido. Sin marxismo no hay socialismo peruano. Sin socialismo peruano
no hay partido revolucionario. Sin partido revolucionario no hay
revolución socialista victoriosa.
Viva el Bicentenario de Karl Marx!
Viva el Centenario del Socialismo Peruano!
Viva el Camino de Mariátegui!
Lima, 7 de octubre del 2015.
Manuel Velásquez Rangel.
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