17 de octubre de 2015
Estimado César Risso:
1.- En el mes de octubre de 2013 usted
divulgó una serie de documentos alusivos a lo que algunos siguen
denominando "85 Aniversario del PSP". En esa oportunidad, después de una
primera y rápida lectura de los documentos, yo le
envié a usted algunas observaciones, porque, en primer lugar, resultaba
demasiado evidente que incluían una versión recortada y falseada de la
propuesta de principios programáticos redactados por José Carlos
Mariátegui en 1928, y en segundo lugar, porque consideré
que se había cometido un error de ligereza al reproducir, sin un mínimo
comentario explicativo, los Acuerdos de la Reunión de la Herradura del
16 de setiembre de 1928.
2.- En este mes de octubre de 2015, usted
ha divulgado un extenso documento titulado, en el asunto A PROPÓSITO
DE "ALGUNAS OBSERVACIONES", aunque en el texto mismo dice A propósito
de Algunas "Observaciones".
La diferencia del "entrecomillado" es
demasiado evidente, pero eso, en este caso, es lo secundario. Lo más
destacable, es que en la NOTA de presentación se hace mención a que
alguien "niega los hechos históricos", y que ese
alguien "toma como cierta: que la Reunión de la Herradura no se
realizó".
Después de una nueva lectura rápida de
los documentos divulgados desde el 2013 al presente, yo no encuentro que
alguien haya afirmado que "la Reunión de La Herradura no se realizó"
¿Usted tiene pruebas de esa antojadiza afirmación
y acusación?
Después de inidicarle estas
observaciones, a dos publicaciones divulgadas por usted, yo estoy
llegando a la siguiente conclusión, que puede tener varias
explicaciones:
1.- Puede ser que usted divulga
documentos sin leerlos previamente, lo cual es un error. En octubre 2013
usted divulgó una versión recortada y falseada de la propuesta de
principios programáticos de 1928, y ahora en octubre de
2015 usted divulga un docuemento en el cual se lanza una acusación sin
presentar pruebas de ello.
2.- O puede ser que usted divulga
documentos que si los lee previamente, pero no se da cuenta de los
errores que contienen esos documentos, lo cual es un error más grave. Le
pregunto en octubre de 2013, usted se dió cuenta que
la versión del documento que usted divulgaba estaba recortada y falseada
o no se dio cuenta; y en segundo lugar, le pregunto, en octubre de este
año, usted está seguro y tiene pruebas que alguien ha escrito que "la
Reunión de la Herradura no se realizó".
3.- O puede ser que usted divulga
documentos que si los lee previamente, que si se da cuenta de los
posibles errores que contienen, y no obstante eso, usted los divulga sin
mencionar los errores, lo cual sería un error mucho más
grave.
Le sugiero que para los próximos docuementos que usted divulgue, sea más cuidadoso en la revisión de los mismos.
Nada más por ahora, lo cual ya es
bastante. Alguna vez recuerdo haber leido, que la mejor crítica es la
colaboración. Abrigo la esperanza que estas sugerencias les sean útiles
en su labor de propagandista del socialismo.
Saludos
Miguel Ángel Aragón
El Miércoles,
14 de octubre, 2015 20:44:31, "Cesar Risso crissohx@yahoo.es
[foro_centenario]" <foro_centenario@yahoogroups.com> escribió:
NOTA:
En el presente artículo, A Propósito de Algunas “Observaciones”,
de nuestro compañero Eduardo Ibarra, se crítica las observaciones hechas
por el liquidacionismo de derecha a los documentos publicados en el
Blog CREACIÓN HEROICA con motivo del 85 Aniversario del PSP.
En
este se descubre otro de los métodos del liquidacionismo de derecha:
negar los hechos históricos. Así, Eduardo Ibarra pone en evidencia que
el liquidacionismo
parte de una suposición que toma como cierta: que la Reunión de la
Herradura no se realizó.
Sin
embargo, los acontecimientos dan cuenta del engarce que existe entre
los Acuerdos de la Reunión de la Herradura y los de la Reunión de
Barranco, entre la preparación
de la organización del PSP y su fundación.
Comité de Reconstitución José Carlos Mariátegui (CRJCM)
14.10.2015
¡Defender el Pensamiento de Mariátegui de toda tergiversación y desarrollarlo en función de la realidad actual!
A Propósito de Algunas “Observaciones”
I
EN CARTA A CÉSAR RISSO del 4 de noviembre del presente, y no
a Creación Heroica,
como hubiera tenido que ser, Miguel Aragón ha hecho algunas
“observaciones” a la publicación en estas páginas, en oportunidad del 85
Aniversario de la fundación del Partido Socialista del Perú, de tres
documentos de este Partido.
Como
se sabe, la publicación de los aludidos documentos fue precedida de
unas notas en las que, entre otras cosas, señalamos: “Tanto los Acuerdos
de la Reunión de La Herradura como los Acuerdos de
la Reunión de Barranco han sido tomados del libro de Martínez de la Torre Apuntes
Para Una Interpretación Marxista de Historia Social del Perú,
tomo II, pp.397-398. El documento Principios Programáticos del Partido Socialista, ha sido tomado del tomo
13 de las Obras Completas de Mariátegui, pp.159-164”.
Los editores de las Obras Completas
de Mariátegui señalan a propósito de los Principios Programáticos: “Se reproduce de Apuntes
para una interpretación marxista de historia social del Perú,
de Ricardo Martínez de la Torre, Tomo II, págs.398 a 404, Empresa Editora Peruana S.A., Lima, 1948” (Ideología y política,
p.159, nota a pie de página).
Esta afirmación explica por qué los Principios programáticos
aparecieron en Creación Heroica sin los dos párrafos y las tres consignas con que aparecen en el libro de Martínez de la Torre.
Esta ausencia resultó, pues, de no haber cotejado la versión de Ideología
y política con la de los Apuntes.
En
el cotejo –se entiende que posterior a la publicación de los
documentos–, hemos observado que los dos párrafos aludidos rompen un
poco la
unidad estilística del texto, y que posiblemente por esto los editores
de las OC consideraron que no se debían
a la pluma de Mariátegui.
Esto no es una conclusión sino apenas una hipótesis, y, por lo tanto, no modifica la situación.
La situación es que tales párrafos están en la versión de los Apuntes,
y, mientras no se demuestre la hipótesis señalada, es coherente ajustarse a dicha versión.
Por lo tanto, rectificaremos el error (1).
En el cotejo, hemos constatado asimismo que, mientras en Apuntes
el título del documento es el de Programa del Partido, en Ideología y política es el de Principios programáticos del Partido Socialista,
y, además, que, mientras en la versión de Ideología
aparece el subtítulo Reivindicaciones inmediatas, en la de los Apuntes
simplemente no aparece.
Asumo,
pues, como se ve, públicamente y en primera persona, la responsabilidad
del error por un elemental sentido de consecuencia con la ética
marxista.
II
Por otro lado, Aragón señala que “los editores del Blog Creación Heroica (BCH) han cometido
un error de ligereza, al incluir dentro de los textos del PSP los "Acuerdos
de la Reunión de la Herradura".
Y digo "error de ligereza", porque la difusión de ese documento ha
debido ir acompañada, por lo menos, de un mínimo comentario explicativo,
salvo
que los editores de BCH, con su silencio, que los hace cómplices, estén
demostrando su total aceptación de la validez histórica del mencionado
texto”.
Dejando aparte por ahora la gratuita acusación que aparece en la afirmación, la misma no pasa de ser una conjetura.
Como
se ha visto, Aragón pone en tela de juicio lo que ambiguamente llama
“la validez histórica” de los acuerdos tomados en la Reunión de la
Herradura (2).
Pero ocurre que, en 1948, es decir en el año en que fueron publicados los Apuntes,
con excepción de Avelino Navarro –quien había muerto nueve años antes–,
vivían aún los otros participantes de dicha Reunión: Julio Portocarrero,
César Hinojosa, Fernando Borja y Bernardo Regman. Así, pues, si
Martínez hubiera desnaturalizado, tergiversado,
torcido los acuerdos de la Reunión, cualquiera de los nombrados hubiera
podido desmentirlo, lo que no ocurrió entonces ni después.
El
argumento que presenta Aragón para dar piso a su conjetura es una
falacia: el hecho de que Mariátegui no escribiera después nada acerca de
la Reunión de la Herradura –Reunión preparatoria de la Reunión
fundacional de Barranco– no prueba que los Acuerdos de la primera de estas reuniones no sean ciertos.
Tampoco escribió Mariátegui nada sobre la Conferencia Comunista de Buenos Aires de 1929, y este silencio no prueba que los Acuerdos y Conclusiones de este evento no sean igualmente ciertos.
Como
se ve, en su propósito de cuestionar el proyecto de Ramón García de un
partido de “dos niveles”, Aragón pone en tela de juicio los Acuerdos
de la Reunión de la Herradura, y, de manera especial, aquel que menciona
la “célula secreta de los siete”.
Mas,
para demostrar la improcedencia del proyecto de García, basta demostrar
–como precisamente lo hemos hecho nosotros en varios artículos–
que el pretendido partido de “dos niveles” es un reciclaje de la
concepción de partido levantada por Julio Portocarrero y Hugo Pesce en
la Conferencia Comunista de Buenos Aires, concepción
absolutamente contraria a la de Mariátegui, quien, precisamente en el Programa
del partido (Principios programáticos…),
señaló que “El marxismo-leninismo es el método revolucionario de la
etapa del imperialismo y de los monopolios. El Partido Socialista del
Perú, lo adopta como su método de lucha” (Ideología
y política, p.160).
Así,
pues, Mariátegui no sostuvo que la “célula secreta de los siete”
adoptaba el marxismo-leninismo, sino que el Partido –de arriba abajo y
de lado a lado– adoptaba este método revolucionario.
Tan
es así, que Martínez anotó: “A fin de unificar doctrinariamente el
pensamiento y la acción de los grupos iniciales del Partido Socialista,
Mariátegui elaboró los siguientes puntos programáticos que fueron
remitidos a las células del país y del extranjero” (Apuntes,
t.II, p.398).
“A fin de unificar doctrinariamente…”, es decir, desde un principio el marxismo-leninismo fue la base de unidad del PSP.
Esto significa, pues, que Mariátegui definió y construyó el PSP como un partido de clase.
Quienes plantearon el marxismo-leninismo como la base de unidad de un nivel secreto
en el Partido fueron Julio Portocarrero y Hugo Pesce. En la Conferencia de Buenos Aires el primero sostuvo: “El partido socialista se basa en nuestro Grupo, el cual es enteramente afín
con la ideología de la Internacional Comunista” (Martínez, Apuntes, t.II, p.422.).
Esta concepción del PSP es lo que sostiene Ramón García desde 1967 hasta la fecha
(ver La organización del proletariado,
p.197, nota a pie de página, y La creación heroica
de José Carlos Mariátegui. 80 Aniversario, p.22) (3).
Pero
el fondo de la cuestión es el carácter del Partido: si el
marxismo-leninismo
es la base de su unidad, entonces es de clase. Pero si tiene dos niveles
y uno de ellos, el secreto, tiene como base de unidad un marxismo sin
leninismo, y el otro, el público, no tiene ninguna base doctrinal, como ocurre en el proyecto de García, entonces no
es de clase (4).
De
esta esencia del problema Aragón no dice absolutamente nada, pues, como
es de
conocimiento general, servilmente comparte la idea de García de un
partido-amalgama, es decir, de un partido del socialismo en general y no
del socialismo marxista-leninista en particular.
Así, pues, su divergencia con García en punto al partido de “dos niveles” aparece
como una divergencia puramente organizativa. Por eso no llama la atención que solo vea el aspecto orgánico de la cuestión: el “Sistema organizativo caudillista y ‘argollero’, antidemocrático
y antisocialista”.
Por lo tanto, si García le restara a su proyecto aquello de los “dos niveles”, Aragón
podría sumarse al mismo tranquilamente.
Por otro lado, la constitución de una “célula secreta de los siete”, que
debía copar el Comité Ejecutivo del Partido,
tiene su prueba en el hecho de que, precisamente en la Reunión de Barranco, los integrantes de dicha célula coparon el “Grupo Organizador del Partido”.
Otro acuerdo de la Reunión de la Herradura fue “Convocar a una nueva reunión en
la cual se incorporará a otros elementos”, y, precisamente, la Reunión de Barranco incorporó a Luciano Castillo y a Chávez León.
Otro acuerdo fue “Ayudar a la célula de oposición sindical que Julio Portocarrero
había organizado para realizar las tareas y directivas fijadas en el V Congreso de la I.S.R”, y, precisamente, la Reunión de Barranco constituyó la Secretaría Sindical y eligió al mencionado
camarada como responsable de la misma.
Otro acuerdo fue darle al partido el nombre de Partido Socialista del Perú, y,
precisamente, la Reunión de Barranco aprobó este nombre.
En fin, la Reunión de la Herradura fue una preparación de la Reunión de Barranco
en tres aspectos: en lo ideológico, con la adhesión a la Tercera Internacional, lo que se expresó luego en
la adopción del marxismo-leninismo (ver Programa del Partido); en
lo orgánico, con el copamiento
por la “célula secreta de los siete” del Grupo Organizador del Partido; en el trabajo masivo, con la constitución
de la Secretaría Sindical.
Este es el cordón umbilical entre la Reunión de la Herradura y la Reunión de Barranco,
entre la preparación de la fundación del Partido y la fundación misma.
¿Podría
alguien, en su sano juicio, ver en este cordón umbilical algo extraño a
la ideas de Mariátegui? ¿Los Acuerdos de la Reunión de la Herradura
fueron una maquinación de Martínez de la Torre y, por lo tanto,
Mariátegui fue ajeno a la elección del nombre del Partido, a su
afiliación a la Tercera Internacional, a la constitución de la
Secretaría Sindical, a la constitución de la “célula secreta de los
siete”, a la incorporación de otros elementos?
Es
de conocimiento general que Mariátegui participó de la Reunión
Fundacional de
Barranco. Pues bien, esta Reunión aprobó la Moción presentada por
Mariátegui, cuyos numerales 1, 2 y 4 tienen relación directa con el
segundo acuerdo de la Reunión de la Herradura (5), así como el numeral 3
responde en su espíritu al numeral 1 de esta Reunión
(6).
Esta es la resonancia que tuvieron los Acuerdos de la Reunión de la Herradura en
los Acuerdos de la Reunión de Barranco.
Así, pues, poner en duda los Acuerdos de la Reunión de la Herradura (sea considerándolos
apócrifos, sea negando su valor histórico), es cuestionar los Acuerdos de la Reunión de Barranco.
Por otro lado, es oportuno señalar que la “célula secreta de los siete” no fue concebida
como una instancia orgánica permanente, sino solo como una medida temporal a fin de garantizar una dirección estable y solvente del proceso de constitución del PSP (7).
Por
eso Martínez señala que para la Reunión de la Herradura “Fueron
escogidos con
detenida escrupulosidad los compañeros de más solvencia, de más
responsabilidad, capaces de imprimir, desde el primer momento, una buena
dirección al Partido que se trataba de fundar” (Apuntes,
t.II, p.397).
Por
eso uno de los acuerdos de la Reunión de la Herradura reza así:
“Constituir
la célula inicial del Partido, afiliado a la III Internacional, y cuyo
nombre será el de Partido Socialista del Perú, bajo dirección de
elementos conscientemente marxistas” (ibídem).
Quienes
después pretendieron que dicha célula tenía un carácter permanente,
dando
así lugar a la concepción de un partido de “dos niveles”, fueron Julio
Portocarrero y Hugo Pesce en la Conferencia Comunista de Buenos Aires
(8). Esta pretensión fue asumida luego por Jorge del Prado y, como ya
quedó claro, desde 1967 por Ramón García.
Como se ha podido ver, la afirmación de Aragón acerca de los Acuerdos de la Reunión
de la Herradura no pasa de ser una conjetura.
En consecuencia, no hemos cometido ningún “error de ligereza” respecto a dichos
acuerdos. Por el contrario, es precisamente Aragón quien ha cometido la ligereza de acusarnos de complicidad
sobre la base de una simple conjetura.
III
El
proyecto de Ramón García de un partido de “dos niveles” merece una
puntualización. Este proyecto no es un invento de los críticos de García
sino una realidad
en marcha. El propio Aragón, cometiendo infidencia, hizo pública la
fundación del nivel secreto del partido de García, incluso mencionando
los nombres de quienes forman dicho nivel.
Así,
pues, fundado el nivel secreto y en plena actividad desde hace casi
cinco años, lo que le resta a García es fundar el nivel público de su
partido. Para esto, como se sabe, ha promovido y promueve seminarios y
eventos donde poder pescar algunos incautos. Con el señuelo de su
“socialismo peruano” (negación del Socialismo Peruano de Mariátegui) y
el señuelo de constituir “un partido de clase” (su
proyecto es de un partido no de clase, como está demostrado), ha pretendido y pretende sorprender a las diversas
tendencias y organizaciones de izquierda (9).
Por
lo tanto, no se necesita ser un genio para darse cuenta de que el nivel
secreto, en plena actividad, es la Dirección del partido de García,
y, desde luego, no puede haber nada más antidemocrático y antimarxista
que la pretensión de amalgamar las diversas tendencias y organizaciones
en un partido de masas bajo la dirección de unos elementos embozados en
una instancia ajena
y contraria a la potestad eleccionaria de los militantes.
El
proyecto de un partido de masas de García se presenta, pues, como un
partido donde las masas que se incorporarían a su estructura pública
estarían dirigidas por unos cuantos encapuchados.
En consecuencia, cualquier marxista puede discernir perfectamente que dicho partido no
solo que no sería un partido de clase,
sino que tampoco sería un partido de masas en la acepción marxista del término (10).
Aragón ha dicho que “los editores de BCH deberián (sic) fijar una posición definida sobre el ‘partido de dos niveles’".
Parece,
pues, que el mencionado se empeñara en silenciar algo que no puede
silenciar por más que haga: precisamente hemos sido nosotros los que
hemos demostrado que el partido de “dos niveles” no responde en absoluto
a la concepción de partido de Mariátegui, y que, por el contrario, es
un reciclaje de la concepción del PSP que levantaron en la Conferencia
Comunista de Buenos Ares tanto Portocarrero
como Pesce. Mencionemos algunos artículos que prueban nuestro aserto: El
partido de masas y de ideas de José Carlos Mariátegui; Un artículo
revelador; Primera vez tragedia, segunda vez
farsa; De cómo Ramón García tergiversa a Mariátegui; Ramón García o la
manipulación III; El concepto mariateguiano de partido de masas y de
ideas; Acerca del cuarto seminario del revisionismo peruano; Algo más
que una respuesta a Miguel Aragón.
Pues
bien, en años, Ramón García ni ninguno de sus repetidores ha sido capaz
de contestar nuestra crítica con argumentos, y no reiterando meras
afirmaciones. Ahora, pues, que, desde el seno mismo de su tendencia,
Aragón plantea también una crítica a dicho proyecto –aunque limitándose
al incierto argumento de que los Acuerdos de la Reunión de la Herradura
son “dudosos”–, seguramente García y sus repetidores
sigan sumidos en el silencio, porque, ¿cómo podrían defender el
indefendible proyecto de un partido de “dos niveles” sin que se hundan
aún más profundamente en el revisionismo?
IV
Aragón
es una de las personas que más machaconamente habla de un “estilo de
debate” virtuoso, pero solo para negarlo ¡incluso en los propios textos
donde alardea
sobre el mismo!
Así por ejemplo, en
la carta a César Risso que comentamos, nos acusa
de un “silencio, que [nos] hace cómplices”, porque, según dice,
aceptamos “la validez histórica” de los Acuerdos de la Reunión de la
Herradura.
Pero
hay que preguntarle al gratuito acusador: ¿cómplices de qué, si lo que
afirma de dichos acuerdos es apenas una suposición? ¿Cómo es posible
que se atreva a hacer una semejante acusación sobre la base de una
simple suposición? ¿Qué móvil lo ha conducido a proceder tan
alegremente? Aragón, pues, como se ve, acusa, a izquierda,
sin ninguna base real, en otra expresión de su “estilo de debate” sin “acusaciones a diestra y siniestra”.
Por otro lado, llamamos la atención sobre el hecho de que nuestro
gratuito
acusador conoce perfectamente los artículos mencionados arriba, y su
intención de silenciarlos y presentarnos así como que no tenemos una
posición definida frente al proyecto de un partido de “dos niveles”, es
otra perla de su “estilo de debate”.
De
pasada, tenemos que señalar que Aragón no ha escrito nada sustancial
sobre el proyecto de un partido de “dos niveles”, limitándose a este
respecto a echar sombras sobre los Acuerdos de la Reunión de la
Herradura, a revelar la fundación del nivel secreto del partido de
García y los nombres de los elementos que lo conforman y, por último, a
calificar de “delincuente” a uno de ellos. ¡Oh virtuoso
“estilo de debate” el de Aragón!
Pero
esta doble moral es nada más que un caso en el marco de la membrecía de
su tendencia: allí, desde Ramón García hasta Domingo Suarez, todos
llegan a enronquecerse proclamando virtuosismo mientras se desbordan en
imputaciones, insultos, falacias, mentiras, calumnias, maniobras, etc.
En su carta a César Risso, el propio Aragón se ha encargado de mostrar
una vez más esta moralina, esta doblez, esta
trampa (11).
Y
había que señalar el hecho, pues semejante esquizofrenia se ha
extendido fuera de su tendencia, haciendo víctimas incluso entre algunos
de
los activistas de mi tendencia, donde ha cobrado ribetes especiales que
analizaremos en otro lugar.
Sin embargo, ese engañoso “estilo de debate” –que incluye
lagotería como diversivo y como pantalla–
solo puede confundir a quienes no tienen capacidad de análisis y
que, por esto, no pueden orientarse en la maraña de palabras engañosas
que tienden los operadores de dicho estilo. Para decirlo en otros
términos, a quienes no son capaces de encontrar la verdad en los hechos,
entre los cuales hay que contar las propias ideas,
pues ellas también son hechos sociales.
Hace tiempo hemos reivindicado el derecho del proletariado a llamar
a las cosas por sus nombres y a combatir el oportunismo sin cobardes miramientos. Ahora ratificamos esta reivindicación.
V
Queremos terminar señalando que no es cierto que el
frente unido del pueblo peruano sea la “tarea prioritaria del presente”.
La palabra prioritario da cuenta de la precedencia de algo con respecto
de otra cosa que depende o procede de ello. Por
lo tanto, con su afirmación, Aragón pretende que el frente es o debe
ser anterior al partido y que el partido depende o procede del frente.
Pero esto no es cierto. En el presente período, la
tarea prioritaria
del proletariado y el pueblo peruanos es llevar hasta el fin la
Reconstitución del Partido de Mariátegui. Ningún marxista puede tener la
menor duda acerca de esto.
Por
eso, plantear la prioridad del frente con respecto al partido, expresa
una concepción frentista, concepción que, en mi tendencia, ha cobrado
la forma grotesca de que “el frente dirige al partido”. Esto, sin
ninguna duda, es una desviación de derecha, que también analizaremos en
otro lugar.
La
construcción orgánica del Frente Unido del Pueblo Peruano es una tarea
de primera importancia. Acerca de esto no cabe la menor duda. Pero,
como es indiscutible, la construcción del Frente es tarea del Partido.
Notas
[1] Mientras
en mi caso el error ha tenido por causa un exceso de confianza en los editores de las OC
de Mariátegui, en
estos el error es de otra índole. Aun así, hay que otorgarles la
posibilidad de que expliquen la omisión y a qué se debió el cambio del
título del documento programático redactado por José Carlos Mariátegui.
[2] Decimos “ambiguamente”, porque en el contexto
de la carta, la frase de Aragón puede entenderse de distintas maneras: como que se refiere a los acuerdos como tales acuerdos (“ese texto es de dudosa procedencia”),
o, en su defecto, como que los mismos no tienen ningún valor histórico (“la validez histórica del mencionado texto”). En
el primer caso, lo que querría decir Aragón es que los Acuerdos de la Reunión de la Herradura son apócrifos;
en el segundo, que tales Acuerdos no tienen ninguna trascendencia para el proletariado
peruano.
En este caso, la frase de Aragón significaría que la afiliación de “la
célula inicial del Partido” “a la III Internacional”, la elección del
nombre de Partido Socialista del
Perú, el apoyo a la célula de oposición sindical organizada por Julio
Portocarrero, el propósito de copar la Dirección del Partido con los
elementos de su “célula inicial” y la intención de incorporar a otros
elementos a las filas partidarias, fueron
acuerdos ciertos pero sin ningún valor
histórico.
[3] Con una diferencia: mientras en 1967 García sostenía dos estructuras en el Partido, pero
sin postular ninguna diferencia doctrinal entre ambas,
ahora también sostiene dos estructuras, pero pretendiendo una diferencia doctrinal
entre las mismas:
el nivel secreto, restringido, debe ser doctrinariamente homogéneo, y
el nivel público, masivo, debe ser doctrinariamente heterogéneo. De este
modo ha
pasado de una fórmula puramente orgánica a una fórmula marcadamente
doctrinal, subastando así la independencia
ideológica y organizativa del proletariado, es decir, liquidando al Partido como partido de clase. Así, pues, de su liquidacionismo de izquierda de los años 1970, García ha pasado a
su actual liquidacionismo de derecha. Esto es, como lo hemos señalado en otro lugar, revisionismo en cuestiones de organización.
[4]
En el proyecto de García no es el marxismo-leninismo sino un marxismo a
secas la base de unidad del nivel secreto, y el nivel público no
tendría ninguna base
de unidad doctrinal, es decir, sería doctrinalmente variopinto. Por eso
este proyecto es de un partido de masas no
de clase, contrario por principio al PSP que, conforme al planteamiento de Mariátegui, hubiera tenido que ser un partido de masas con carácter de clase,
o, para decirlo de otro modo, un partido de clase bajo la forma de partido de masas.
[5]
El segundo acuerdo de la Reunión de La Herradura reza así: “Ayudar a la
célula de oposición sindical que Julio Portocarrero había organizado
para realizar las
tareas y directivas fijadas en el V Congreso de la I.S.R.”. El numeral 1
de la Moción aprobada por la Reunión de Barranco, dice: “La
organización de los obreros y campesinos con carácter netamente,
constituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda
y la base de la lucha contra el imperialismo extranjero y la burguesía
nacional”. El numeral 2, dice: Para la defensa de los intereses
económicos de los trabajadores de la ciudad y el campo, el Comité
impulsará activamente la constitución de sindicatos de fábrica,
de hacienda, etc., la federación de éstos en sindicatos de industria y
su confederación en una central nacional”. El numeral 4, dice: “Para
precaverse de represiones y persecuciones desmoralizadoras, los
sindicatos obreros y campesinos gestionarán su reconocimiento
por la Sección del Trabajo. En su estatutos su declaración de principios
se limitará a la afirmación de su carácter clasista y de su deber de
contribuir a la fundación y mantenimiento de una confederación general
del trabajo”. (Martínez, Apuntes,
t.II, pp.397-398).
[6]
El primer acuerdo de la Reunión de La Herradura, reza así: “Constituir
la célula inicial del Partido, afiliado a la Tercera Internacional, y
cuyo nombre será
el de Partido Socialista del Perú, bajo dirección de elementos
conscientemente marxistas”. El numeral 3 de la Moción aprobada por la
Reunión de Barranco, dice: “La lucha política exige la creación de u n
partido de clase, en cuya formación y orientamiento se
esforzará tenazmente por hacer prevalecer sus puntos de vista
revolucionarios clasistas. De acuerdo con las condiciones concretas
actuales del Perú, el Comité concurrirá a la constitución de un partido
socialista, basado en las masas obreras y campesinas organizadas”
(Martínez, Apuntes, t.II, pp.397-398).
[7]
Es decir la “célula secreta de los siete” fue una fórmula puramente
orgánica, cuya utilidad muy probablemente debió cesar en marzo de 1930
cuando debió producirse
la fundación pública del Partido. A este respecto puede verse Mariátegui y el Partido Socialista del Perú (borrador).
[8] Pero en estos delegados el recurso temporal de la “célula secreta de los siete” no solo apareció como permanente, sino
también como un nivel orgánico doctrinalmente diferenciado del resto de la militancia partidaria.
Como se ha visto, esto es lo que sigue Ramón García, lo que demuestra que ni siquiera tiene el mérito de la originalidad.
[9]
Estos dos señuelos fueron lanzados en el cuarto seminario llevado
adelante por el grupo revisionista con el engañoso nombre de “cuarto
seminario del socialismo
peruano”.
[10] Precisamente con su pretensión de ser un partido de masas, el proyecto de un partido de “dos niveles”
de Ramón García es la más flagrante tergiversación del concepto mariateguiano de partido de masas y de ideas.
[11]
Es oportuno señalar que, otra característica del “estilo de debate” de
Aragón es que tiene dos varas: una para medir a sus adversarios
políticos –entre ellos
el suscrito, a quien ha insultado y calumniado en más de una
oportunidad– y otra para medir a sus amigos. Por eso, cuando Gustavo
Pérez cometió la más flagrante y grosera tergiversación del numeral 3 de
los Acuerdos de la Reunión de Barranco, Aragón no dijo
absolutamente nada (en este caso su “estilo de debate” consistió en no
debatir, es decir, en dejar hacer y dejar pasar, o sea, en dar curso al
liberalismo burgués que, como se sabe, es nota característica del grupo
que dirige Ramón García). En general, la trampa
del grupo revisionista consiste en que, cuanto más se desbordan sus
miembros en insultos y métodos criollos, más proclaman un estilo de
debate virtuoso, es decir que, mientras más se desvían del estilo de
Mariátegui, más utilizan el diversivo y la pantalla
de un estilo de debate que no siguen en absoluto. En el Socialismo
Peruano es necesario centralizar las ideas correctas vengan de donde
vengan (así vengan, por ejemplo, de un negador de la filiación
marxista-leninista de Mariátegui y del PSP como Aragón), así
como, al mismo tiempo, desechar las ideas incorrectas, igualmente vengan
de donde vengan (de un familiar, amigo, compadre, o del “más grande
marxista-leninista-maoísta viviente” o de “Yo el Supremo”).
10. 11.13.
Eduardo Ibarra.
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