Escribe: Milciades Ruiz
Con
este nombre se celebraba y aún lo hacen algunos países de América el
día 12 de Octubre en que Cristóbal Colón llegó a nuestro continente
creyendo haberlo hecho a la India por una nueva ruta. Para los europeos
era el día del descubrimiento de América y así, se repetía en nuestro
país. En todos los centros de enseñanza educativa se conmemoraba con una
actuación cívica y la temática era punto obligado de los textos
escolares. Lo que significó tal acontecimiento para los pueblos
sometidos al imperio español colonizado generó el repudio de tal
efeméride quedando suprimido en nuestro país.
Actualmente para los españoles es el Día de la Hispanidad, para los chilenos “Día del Encuentro de Dos Mundos”, para Nicaragua y Venezuela: “Día de la Resistencia Indígena”. En el Perú, mediante ley 29421 del 2009, se declaró al 12 de Octubre como “Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural”. El mandato establece que el Ministerio de Educación elabore cada año en coordinación con
los gobiernos regionales y las organizaciones representativas de los
pueblos originarios, los actos y actividades conmemorativas.
En
los siete años de vigencia que lleva esta ley, parece que al Ministerio
de Educación le importa muy poco reivindicar al Perú ancestral y por lo
tanto, los estudiantes no reciben la información que cimente la
peruanidad en sus sentimientos y valores patrióticos. Para los escolares
y probablemente para muchos peruanos tal efeméride pase desapercibido.
Tampoco los destacarán los medios de prensa porque es más importante lo
que se diga en las reuniones del FMI y Banco Mundial que se celebran en
Lima estos días.
¿Pero
tampoco el Ministerio de Cultura se acordará de sus funciones? ¿Por qué
se ignora nuestra historia ancestral? ¿Qué intereses se oponen a la
reivindicación de las culturas andinas y amazónicas? ¿Por qué se acalla
las voces de nuestra identidad y las luchas de los pueblos originarios?Es indudable que, a quienes propician el sistema de opresión no les agrada ni les conviene el rescate de los valores ancestrales ni las gestas de lucha ancestral por la liberación de las ataduras de dominación que todavía persisten desde la colonia. Pero en cambio, sí se preparan como lo vienen mencionando a cada momento, a celebrar el Bicentenario de la Independencia del virreinato. Celebrarán la fecha en que los amos españoles de los nativos andinos fueron independizados por separación administrativa de la corona española. No por su lucha, sino por la heroicidad de los subversivos que vinieron del extranjero en la “Expedición Libertadora”.
Solo
se plegaron a la revolución de los libertadores bajo la garantía de que
sus títulos nobiliarios y privilegios aristocráticos serían respetados.
Que podían seguir con sus esclavos secuestrados de África y con sus
vasallos autóctonos como en el virreinato. Los títulos nobiliarios eran
la base del sistema feudal que durante mucho tiempo siguió rigiendo
durante la república. Así, toda la nobleza virreinal de pronto se
convirtió en “patriota” constituyendo la aristocracia republicana
gobernante.
Este
comportamiento de las actuales autoridades políticas, educativas y
culturales de desdeñar las culturas ancestrales tiene un trasfondo
ideológico. Y cuando el premier frente a al reclamo de los peruanos
ancestrales por la contaminación minera dice despóticamente que el
proyecto Las Bambas va por encima de todo, lo que está poniendo de
manifiesto es esa mentalidad colonialista de desprecio por la población
autóctona.
Dirán
que propago el odio y el rencor, pues ahora el Perú es de todas las
sangres. Pueda ser que tengan algo de razón pero no me parece justo que
en el siglo XXI se mantenga tanta arbitrariedad contra los peruanos más
auténticos. Solo pido equidad y si estoy equivocado asumo las
consecuencias. Estoy seguro que los ancestros de keiko y de kuczynski no
son los nuestros, pero ellos pretenden gobernarnos porque el sistema
político electoral es el que permite esta inequidad. De esto no se habla
en la reforma electoral.
Pero
no se equivoquen. Cuando vean un peruano ancestral un tanto encorvado
por los siglos de sumisión, su piel cobriza, su pelo lacio, desnutrido y
mal vestido haciendo las peores labores de fuerza bruta no lo culpen de
su desgracia. Podrán decir que tiene mala presencia o que es un indio
ignorante pero así como lo ven, ellos llevan la heredad genética de
nuestros antepasados mochicas, tallanes, tiahuanacos, chachapoyas,
quechuas, huancas, chancas. Ellos son capaces de hacer otros Machu
Picchu y otras maravillas mundiales para el orgullo nacional.
El
Perú vale por su cultura ancestral. Hoy también estamos orgullosos de
nuestra cultura gastronómica y podríamos seguir hablando de la cirugía
craneana, de la sabiduría astronómica, de la ingeniería hidráulica y de
la inmensidad del aporte agrario en beneficio de la alimentación de la
humanidad entera pero todo esto que es digno admiración mundial, es
precisamente lo que corresponde decir ampliamente en las conmemoraciones
alusivas a esta efeméride en acto cívico.
Pero
no toda la culpa del olvido y la segregación se la podemos atribuir a
los dominantes. Los dominados también tenemos parte de culpa porque
somos permisivos y porque sumisamente aceptamos los abusos. Nos hace
falta coraje para luchar contra las inequidades. Si por lo menos este 12
de Octubre las entidades representativas de los pueblos originarios
hicieran algo público por reivindicar nuestros valores ancestrales,
quizá tengamos un punto de partida que nos permita acoplarnos y
construir la fuerza que necesitamos para hacer prevalecer nuestros
derechos.
¿Y este sentimiento nacional formará parte de las plataformas de la izquierda política? ¿Tendremos candidatos cholos o solo caviares?
Hagamos
catarsis de esta situación y asumamos con coraje lo que nos
corresponde. Levantemos la cerviz. Los cholos no somos menos que los
descendientes de otras culturas. Revaloremos la grandiosidad milenaria
de nuestra cultura. Es hora de recuperar lo que es nuestro por derecho
ancestral. Acabemos con la sumisión. Somos mayoría y el poder nos
corresponde en la misma proporción.
Octubre, 2015
Nota.- Sobre el problema étnico, José Carlos Mariátegui, nos señala lo siguiente:
1.- El drama del Perú es haber sido formado sin el indio y
contra el indio.
2.- El Perú es una nacionalidad en formación.
3.- El socialismo no es un indigenismo porque no es una solución
filantrópica. A pesar de su filantropismo, el indigenismo ha sido útil para
enjuiciar al gamonalismo y a la feudalidad. Contamos ya en el Perú con una
valiosa literatura indigenista pero no tenemos aún una literatura indígena.
4.- La esperanza indígena es absolutamente revolucionaria y
pariente directa de las corrientes revolucionarias en el mundo. Para que el
socialismo en el Perú sea socialismo y peruano debe solidarizarse con las
reivindicaciones indígenas. Pero es necesario darle a las luchas indígenas el
carácter de lucha de clases.
Es muy oportuno el artículo de Milciades Ruiz, Sobre El Día de
la Raza, por empezar a plantear el problema indígena.
Los puntos de partida de la
solución del problema indígena son dos: considerarlo como un problema económico
social y reconocer que serán los indios mismos los actores, gestores de su
solución.
Domingo Suárez
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