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Psicología de Masas en Estados Unidos: “reality show” vs Programa
ELECCIONES EN EE.UU.:
¿LA INMORALIDAD COMO TEMA FUNDAMENTAL?
Publicado: 19 oct 2016 19:06 GMT
En
las elecciones presidenciales estadounidenses se juega en gran parte el
destino del planeta, por lo cual la selección del próximo mandatario es
crucial y su proceso requiere un análisis muy serio.
Como
se ha develado, Donald Trump ofrece un proyecto encaminado a
desarrollar a EE.UU. desde su interior, concentrando los esfuerzos en la
creación de empleo, limitación de inmigrantes,
desarrollo de la empresa y negocios, evitando los conflictos militares,
pues son un desangre presupuestario. Hillary Clinton ha planteado su
compromiso con los sectores más poderosos del país, junto a los cuales
realizará un nuevo despegue económico y político a través de la
inversión y la guerra.
Sin embargo, los programas completos de ambos candidatos no son el eje central de la campaña,
puesto que se ha convertido en un 'show' mediático donde se ha apelado a
sentimientos y emociones, junto con denuncias, como fuente.
Al respecto, existen tres consideraciones que se deben analizar.
Una, los candidatos son rechazados por más de la mitad de la población estadounidense.
Y
la razón fundamental es que no representan al estadista en tanto figura
política que comprende y dirige una nación con seriedad, sino que se
han convertido en personajes banales inmersos en una pelea de barrio
donde los insultos y las recriminaciones están por encima de la
discusión sopesada de proyectos sociales, económicos, espirituales y
humanos, que son los que requiere entender una nación.
Dos, el tema moral ha reemplazado a la investigación para definir candidaturas.
Ante
la falta de profundidad en el estudio de las propuestas a la primera
magistratura se ha puesto en primer orden el comportamiento humano como
criterio de selección, magnificando conductas que en otro momento serían
propias de la vida cotidiana.
El
hecho de que Trump se haya referido a mujeres que aceptan todo cuando
se trata de famosos es verdadero, pues en el plano de artes como el
cine, al igual que en el área empresarial o política, los favores
sexuales o la coacción son parte integrante de dichos sectores: negarlo
es parte de una cultura hipócrita. Sin ir más lejos, Bill Clinton
representa exactamente lo que dijo el magnate aspirante.
No
obstante, la opositora ha empleado este motivo como fuente de su
ataque: todas las mujeres han sido señaladas como prostitutas
potenciales, lo cual es una exacerbación absurda y desconoce el valor de
la mujer como persona en su integridad real. De igual modo, los correos filtrados por WikiLeaks
han demostrado que Hillary posee una conducta moral reprobable pues,
además de burlarse de inmigrantes, latinos y personas de sectores bajos,
posee una perspectiva clasista que aborrece a quienes no están en su
círculo íntimo. Cohonestar la infidelidad puede ser más "amoral" que
decir la verdad y, en esa dirección, el género femenino queda en
entredicho.
Tres,
el ciudadano elector estadounidense no posee una información confiable
de lo que ocurre realmente en este proceso pues, decididamente, los
Medios y Wall Street se han aliado con Clinton para detener a un
candidato que dice lo que desea ya que no está atado a un sistema donde
los favores se pagan luego de obtener la presidencia del país.
En
este sentido, independientemente de la estatura ética, las posiciones
que se enmarquen en el respeto a las soberanías y lo innecesario de
fomentar conflictos bélicos en otros continentes es rechazado por las
organizaciones para las cuales la guerra es la fuente de su riqueza.
En síntesis, la elección se ha configurado como un problema moral
y no esencial donde parece más peligrosa la sexualidad lasciva por
sobre las actividades criminales de intervención, genocidio y tortura.
Es
arriesgado, aunque necesario, proponer una predicción que va más allá
de la selección de Trump o Clinton. Así, este periodo de la nación
norteamericana parece proveer las condiciones para una crisis interna
que se puede traducir en secesiones regionales, incremento de la
violencia social, aumento de la pobreza y la indigencia en salud, manejo
cuestionado de los Medios, avance de la crítica política antisistema,
fuerte represión y control gubernamental que, entre otros, pueden crear
una situación de "desarmonía social funcional".
El
pronóstico más serio va ligado a que la selección de una mandataria
puede conducir a una espiral belicista de incalculables consecuencias,
ya iniciado por un Premio Nobel de la guerra como lo ha sido Barack
Obama quien, ante su incapacidad para enfrentarse y derrotar al
terrorismo de Daesh y Al Qaeda, opta por la amenaza de la disuasión
atómica. Pese a ello, su terror a bases militares alternativas en
América Latina provee un grado de disuasión a la confrontación en mayor
escala, aunque siempre existe la posibilidad de una bandera falsa a
través de ataques nunca reconocidos o "por error".
Finalmente,
utilizando la misma técnica empleada en España con el tema Venezuela,
el hecho que Donald Trump realice un elogio de Vladimir Putin como
estadista reconocido mundialmente, se ha manipulado aprovechando toda la
propaganda anti rusa realizada por décadas en el cine, la televisión y
la prensa belicista, apelando al inconsciente colectivo que no
comprende que su principal enemigo es aquel que ha conducido a Estados
Unidos a una contradicción interna muy fuerte y , posiblemente, a su
debacle por una guerra nuclear producto de las ambiciones anti
ciudadanas de Wall Street.
Todo indica que la Tercera Guerra Mundial ya está en curso. El planeta sabrá a qué atenerse muy pronto.
Las
declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva
responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de
vista de RT.
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