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Elecciones: En todas partes se cuecen habas,…
NUEVAMENTE LA
DISYUNTIVA ELECTORAL EN ESPAÑA
Escrito por Alejandro Torres Rivera / MINH
Sábado, 15 de Octubre de 2016 12:29
Nuevamente la disyuntiva electoral en España: ¿habrá una nueva consulta electoral para la conformación de un gobierno?
En
diciembre de 2015 se efectuaron en el Estado español las elecciones
parlamentarias. El Partido Popular, una agrupación claramente neoliberal
y de derecha, obtuvo 123 escaños, cantidad ésta insuficiente para
alcanzar los 176 diputados necesarios para formar gobierno sin alianzas
con otros partidos. Ciudadanos, una agrupación política más joven de
centro-derecha, alcanzó un total de 40 escaños, lo que tampoco le
permitiría por sí misma ni junto al PP, formar gobierno.
El
desgaste del Partido Popular en dichos comicios se reflejó en la
pérdida de 63 diputados con relación al resultado de las anteriores
elecciones. En el caso del Partido Socialista Obrero Español,
organización política que se fundó durante el Siglo XIX, también reflejó
una pérdida de apoyo en el voto popular. De 110 escaños obtenidos en
las elecciones de 2011, el PSOE solamente obtuvo 90 diputados en 2015.
Si algo reflejaron estos resultados, fue la pérdida de legitimidad de
las propuestas neoliberales impulsadas por los dos partidos mayoritarios
en el marco de la política española.
Luego
de las elecciones de diciembre de 2015, el Partido Popular intentó
infructuosamente formar un gobierno de coalición con Ciudadanos.
Fracasados en sus intentos, el PSOE también se propuso formar gobierno
con otras fuerzas más afines como Podemos, y tampoco tuvo éxito. Todas
las iniciativas para formar gobierno fracasaron por lo que fue
necesario, agotados los esfuerzos para conformar un gobierno bajo el
artículo 101 de la Constitución española, el Rey convocara a nuevas
elecciones. Estas tuvieron lugar el día 26 de junio del año en curso.
Para
esas elecciones, la agrupación Podemos junto con Izquierda Unida,
anunciaron la formalización de un pacto que les permitió ir
conjuntamente a las nuevas elecciones. La coalición entre Podemos e
Izquierda Unida, llamada ¨Unidos Podemos¨, representó en votos la fusión
de más de cinco millones de españoles que votaron en las elecciones de
2015 por la primera y cerca de un millón de votos que obtuvo la segunda.
La suma de los electores de estas dos agrupaciones centró su confianza
en la posibilidad de potenciar la suma de otros electores que, ante esta
expresión de unidad, hastiados de los dos pasados gobiernos
neoliberales del PSOE y PP en España, apostarían por un cambio a favor
de un gobierno encabezado por ¨Unidos-Podemos¨.
Tales
expectativas, sin embargo, se vinieron abajo con el resultado de las
nuevas elecciones de junio de 2016. En ella el Partido Popular obtuvo
600 mil votos más que en las elecciones de diciembre de 2015 y un total
de 137 escaños parlamentarios. Ello representó 14 diputados más, aunque
aún sin alcanzar un número suficiente para poder formar gobierno por sí
mismo. Por su parte, el PSOE obtuvo en esas elecciones 85 escaños, lo
que redujo en 5 el número obtenido en las elecciones de diciembre de
2015 y 15 menos si se compara el número obtenido en las elecciones de
2011.
En
el caso de Podemos y sus aliados regionales, quienes concurrieron a las
elecciones en conjunto con Izquierda Unida bajo la franquicia de
¨Unidos-Podemos; el primero, que había obtenido en las elecciones de
diciembre de 2015 de 65 escaños, tuvo un aumento a 71 escaños. En sus
cálculos previos a la elección, sin embargo, habían estimado en un
número mayor sus posibilidades electorales, por lo que en sus
proyecciones en cuanto a escaños, quedó por debajo de sus propias
expectativas. Ciudadanos por su parte tan solo obtuvo 32 escaños. Hubo
unos 25 diputados adicionales al parlamento provenientes de otras
agrupaciones menores, la mayor parte agrupaciones regionales.
Para
algunos españoles que se mueven fuera de los partidos mayoritarios el
resultado fue frustrante, no sólo dado la reducción en la cantidad de
votos obtenidos en las elecciones, sino ante la realidad de que muchas
personas sencillamente votaron por políticos señalados como corruptos,
tanto del PP como del PSOE. Significativo también fue el hecho de que si
se compara el número de votos obtenidos por Podemos y por Izquierda
Unida en las elecciones de diciembre de 2015, al sumar los votos
obtenidos por dichas organizaciones por separado en las elecciones
anteriores, hubo una pérdida de al menos un millón de electores que no
fueron a las urnas, entre otras cosas, por no haber estado de acuerdo
con la alianza entre ambas fuerzas políticas. Unos expresaban sus
temores por la radicalización de posiciones políticas resultantes de la
convergencia; otros por temor a ¨aguar¨ de alguna manera las posiciones
políticas de sus organizaciones.
En
efecto, desde diciembre de 2015 España no ha tenido un gobierno
¨electo¨, sino un gobierno ¨en funciones¨, conforme lo dispone el
Artículo 101 de la Constitución. En él se señala que ante la realidad de
no haber un gobierno que cuente con la mayoría absoluta de sus
diputados, ¨el gobierno cesante continuará en funciones hasta la toma de
posesión del nuevo gobierno.¨ No obstante lo antes dicho, mediante la
Ley Núm. 50-1997, se dispuso que salvo situaciones de emergencia, el
gobierno en funciones se limitará a atender sólo asuntos públicos
ordinarios. Esto conlleva una gran limitación a la hora de legislar; en
la toma de decisiones importantes en materia de política exterior, que
afecta también el proceso de sustitución de ministros, donde al
presente, como cuestión de hecho, existen tres vacantes; frena la
ratificación de tratados internacionales, como es el caso de los más
recientes acuerdos internacionales en torno al cambio climático;
entorpece la renovación de embajadores; y afecta la aprobación de
presupuestos, incluyendo en el caso de España, medidas específicas de
reducción o recortes económicos para cumplir con los términos y
obligaciones asumidas por el Estado español con la Unión Europea y otros
organismos financieros internacionales, como es el caso del paquete de
rescate económico acordado para España.
La
situación política se complica, además, con la crisis interna por la
que atraviesa el PSOE tras la ¨renuncia¨ de su dirigente Pedro Sánchez
el pasado 2 de octubre. La misma ocurre dentro del debate de si se
producirá o no una abstención en los votos de los diputados de dicho
partido en el proceso de búsqueda de formación de gobierno, lo que
permitiría entonces al Partido Popular conseguir la mayoría absoluta
necesaria para configurar un nuevo gobierno con Mariano Rajoy al frente
del Estado; y la convocatoria a un congreso para elegir un nuevo
Secretario General. Ante la posición sostenida por Sánchez de ir a las
bases y hacer consultas, otro sector dentro del PSOE impulsa que sea el
Comité Federal de la organización el que tome la decisión de apoyar o no
la formación de un gobierno con Rajoy al frente y que la misma sea
autoejecutable para sus parlamentarios.
Para
algunos observadores de la política española, la posición del sector
que impulsa la consulta en las bases junto con aquellos que impulsan
desde las diferentes regiones del territorio español sus propias agendas
políticas, incluyendo aquellas que impulsan la independencia en
regiones como Catalunya, todo ello conduce a una balcanización dentro
del PSOE que puede conducir a su eventual disolución. De hecho, la
situación del PSOE la comparan con aquella por la cual atravesó la Unión
de Centro Democrática (UCD) que lideró Adolfo Suárez cuya crisis le
llevó a una reducción de diputados de 168 a 11, perdiendo toda
pertinencia política como partido en el contexto de la realidad
española.
En
el marco de la política española el Rey Felipe VI está obligado a
llamar a los diferentes dirigentes políticos españoles con
representación en las Cortes para determinar si existe o no un candidato
que pueda, con el apoyo de una mayoría absoluta de parlamentarios,
conformar un nuevo gobierno. Esto deberá ocurrir entre los días 24 al 25
de octubre de este mes. La fecha límite para formar un nuevo gobierno
es el día 31 de octubre, luego de lo cual, si no se logra dicho
propósito, será necesario una vez más, conforme al Artículo 99.5 de la
Constitución, convocar a nuevas elecciones, pronunciamiento éste que
debería ser hecho en tal caso el día 1 de noviembre de 2016.
Para
la investidura de Mariano Rajoy como Jefe del gobierno sería necesario
contar con el apoyo de los votos de la organización Ciudadanos y la
abstención de al menos 11 diputados del PSOE. Ciertamente es una
incógnita si en el escenario de una decisión del Comité Federal de PSOE
de mantener la posición de no respaldo a la candidatura de Rajoy, hay
suficientes diputados en número que alcancen o excedan el número de 11
diputados necesarios que desde el PSOE, actuando libremente y no con
sujeción a disciplina de partido, crucen la línea que les separa del PP y
le den el triunfo en la consulta para formar gobierno al Partido
Popular y a Mariano Rajoy.
Si
bien en el pasado ambos partidos, el PP y el PSOE han asumido postura
similares en política exterior; en sus vínculos con la OTAN; en su
oposición a los reclamos de independencia de distintas nacionalidades
dentro del Estado español y en consecuencia en la reafirmación de España
como un Estado unitario; en compartir señalamientos de corrupción
política; y en la aceptación e implantación de ciertas políticas de
choque promovidas por los organismos financieros de la Unión Europea,
las cuales acentúan las políticas neoliberales en España; ciertamente
algunas matizaciones son distinguibles entre un partido y el otro.
Si
se toma como medida para el análisis la frustración del electorado
español por el impasse en la gobernanza y la derechización del Estado;
como también las incapacidades mostradas por las llamadas izquierdas
electorales en conjugar un proyecto político alternativo al PP que
represente un golpe de timón ante un nuevo gobierno con Rajoy a la
cabeza; bien pudiera repetirse un escenario en el que las nuevas
elecciones parlamentarias sean un movimiento electoral favorable al PP
que le permita, sin más alianzas, con una mayoría absoluta, formar
gobierno.
Las
divisiones al interior del PSOE muy bien podrían acelerar esta
realidad. Unas nuevas elecciones parlamentarias donde por falta de
tiempo para llegar a concertaciones, una fuerza política alterna con
capacidad de aglutinar la oposición al PP no se materialice, tendría
probablemente ese resultado. De otro lado, existe un escenario que
también tiene su peso a la hora de pasar juicio sobre la situación en
España. Nos referimos al papel que juega la Unión Europea y organismos
financieros vinculados con el rescate económico de España. Es conocido
que para el año próximo España debe pagar la suma de 5 mil millones de
euros a los organismos financieros europeos y asumir el compromiso de
disminuir de 3.6% a 3.1% su gasto en el presupuesto del país.
Ciertamente, la existencia de un gobierno en funciones no aporta nada a
la estabilidad que esperan de España tales organismos financieros y la
Unión Europea, la cual se sentirían mucho más cómodos con un gobierno
estable, independientemente sea con el PP o con el PSOE. Cuánta presión
pongan éstos en la política española es una interrogante que es
necesario evaluar en esta coyuntura.
La
presente experiencia en España luego de las elecciones de diciembre de
2015 refleja el agotamiento de un modelo de gobernanza política, que si
bien pudo haber sido útil en el período de transición de la Dictadura
impuesta por Francisco Franco tras la derrota de la República en abril
de 1939 a la llamada ¨democracia representativa burguesa¨; hoy luego de
casi cuatro décadas, es insuficiente para el manejo del Estado en
circunstancias muy distintas a las de finales de la década de 1970.
Quizás
por ello es que cada vez son más las voces que se suman al reclamo de
que España entre en la ruta de la convocatoria a una Asamblea
Constituyente. Quienes la impulsan entienden que es desde ella que puede
canalizarse la necesidad de refundar el Estado sobre nuevas bases.
Entre ellas se encuentran no sólo cambios en la organización política
del país y sus diferentes estructuras de gobierno, donde se atienda
adecuadamente las relaciones entre el gobierno central y el de sus
diferentes nacionalidades; sino también una amplia reforma de los
derechos políticos y económicos de sus ciudadanos.
Por
lo pronto, en dos semanas sabremos cuál ha de ser el siguiente paso en
el desarrollo de la política española en su camino azaroso hacia la
formación de un nuevo gobierno. Como diría un conocido comentarista
radial puertorriqueño, “¡ya veremos!”
de: aurora tumanischwili a_tumanoff@yahoo.com.ar [nuestramerica] <nuestramerica@yahoogrupos.com .mx> a través de returns.groups.yahoo.com
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fecha: 17 de octubre de 2016, 11:36
asunto: [nuestramerica] La formación de un nuevo gobierno en España, artº de Alejandro Torres Rivera
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Nota.-
España: El PSOE vota a favor de abstenerse y permitir la investidura de
Mariano Rajoy. Tras un enconado debate que ha durado alrededor de
cuatro horas, el partido se ha pronunciado a favor de facilitar con su
abstención la formación de un Gobierno del PP, evitando así unas
terceras elecciones.
Publicado: 23 oct 2016 13:02 GMT
Última actualización: 23 oct 2016 13:12 GMT
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24 de octubre 2016
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