El Show Trump – Hillary
NOTAS DE UNA ELECTORA ATORMENTADA:
¿HALCÓN O BRUTO?
EL 'SHOW' ELECTORAL EN ESTADOS UNIDOS
Publicado: 10 oct 2016 22:09 GMT
Última actualización: 10 oct 2016 23:36 GMT
EVA GOLINGER
Confieso
que me ha sido difícil escribir sobre las elecciones en Estados Unidos
este año. No es por falta de material, porque de material, hay, y mucho.
Hay tanto que uno ni sabe por dónde comenzar. De todos modos, esto no
es la excusa de mi bloqueo. Mi ausencia de letras ha sido por razones
que no he querido aceptar, o las que he querido procesar con más
contemplación y mayor análisis profundo. Lamentablemente, los tiempos de
hoy en Estados Unidos han cerrado el espacio a la profundidad. El
análisis crítico ha sido exiliado, el mero acto de pensar ha sido
sometido al ostracismo.
Escribo
este texto en mi voz personal, como mujer estadounidense, y también
latinoamericana, y, si me permiten, conocedora de un pedazo de este
mundo en toda su complejidad política, social, económica y cultural. En
Estados Unidos, enfrentamos un momento de crisis y choque cultural. Años
de decadencia social, purulento odio, racismo y xenofobia, y un
arraigado machismo han dejado irreversibles divisiones en la sociedad
estadounidense. Décadas de basura cultural, superficialidad y
escandalosos 'voyeuristas' sin fondo perpetuados por la televisión
'reality' han dejado a los estadounidenses drogados del consumismo
excesivo y adictos a la distracción. De ese pozo tóxico nació la
candidatura de Donald J. Trump.
No
me malinterpreten. Estados Unidos tiene sus fallas, comenzando con el
genocidio de los pueblos originarios que habitaron el territorio
norteamericano y luego la brutal esclavitud y tortura de los africanos
que construyeron los Estados Unidos de América con su mano de obra
forzada, su sangre corrida y sus cuerpos violados. Hoy es un país
bélico, imperialista, responsable por graves crímenes de guerra y
atrocidades en Irak, Afganistán, Libia, Siria, Yemen, Somalia, Vietnam,
toda América Latina, etcétera, etcétera.
Pero
no todo es malo en el seno del imperio. De hecho, Estados Unidos tiene
una súper riqueza cultural en música, cine, el arte, la literatura, la
ciencia y tecnología innovadora y avanzada, y una innegable e
inspiradora historia y tradición de rebelión y revolución. Desde los
vibrantes movimientos de anarquismo y socialismo a principios del siglo
XX, el comunismo creciente en los treinta hasta los radicales
movimientos revolucionarios en los sesenta y setenta que lucharon por y
lograron grandes transformaciones sociales y políticas. Dentro de los
Estados Unidos siempre han existido elementos y movimientos
vanguardistas en la lucha por la justicia, la igualdad, la diversidad,
la expresión humana y los derechos humanos.
Hoy,
en el clima electoral actual, toda esa enriquecedora historia de este
país parece algo del pasado, sin alcance al presente, invisible para el
futuro. Que Estados Unidos haya llegado a este momento, donde tenemos
que escoger entre la primera mujer presidenta que lamentablemente
representa lo más rancio del sistema estadounidense en toda su gloria
imperialista, o un loco bruto misógino racista mentiroso, es deprimente y
triste. Lamento admitir que los otros candidatos de partidos 'terceros'
-independientes, libertarios, verdes, socialistas- no tienen cabida.
Yo
confieso que la idea de una mujer presidenta en Estados Unidos me hace
palpitar el corazón. Mi madre ha sido una gran luchadora por los
derechos de las mujeres desde mi niñez. Me llevaba a marchas y protestas
cuando apenas podía caminar, reclamando los derechos de la igualdad.
Viví momentos de inmensa desilusión y tristeza con ella cuando el
Congreso estadounidense no ratificó la enmienda constitucional de los
derechos de la mujer en los años ochenta. Esos años fueron de mucha
tensión e inseguridad para nuestra familia, ella recibía muchas amenazas
de los vecinos y los opositores a su trabajo político. Recuerdo que más
de una vez vinieron los bomberos para revisar cartas anónimas enviadas a
nuestra casa que contenían bombas caseras y otras amenazas a muerte.
Sin duda Hillary Clinton
es una mujer preparada para ser presidenta de los Estados Unidos. Tiene
la experiencia, la inteligencia, la capacidad y el compromiso para
representar y promover los intereses estadounidenses al máximo nivel
global. No dudo de su capacidad total para ser la imperialista en jefe.
Para el poder estadounidense, ella es la candidata perfecta. Tiene todo
el apoyo de Wall Street, el Complejo Militar Industrial, las agencias de
inteligencia y la élite mundial. Y eso justamente es el problema. ¿Por
qué nuestra primera mujer presidenta tiene que ser más macho, más
belicista y más imperialista que todos los hombres que la han precedido?
El machismo vuelve a levantar la cabeza en todos los rincones del poder
patriarcal.
Por
otro lado, pensar en Donald Trump, un ser humano asqueroso, acosador y
abusador de mujeres, un hombre que se burla de los discapacitados, las
personas con sobrepeso, los veteranos de guerra, los enfermos y los
débiles. Un hombre que promueve el odio contra los latinos (o los
'hispanos latinos' como los llama él), los musulmanes, los
afroestadounidenses y en general cualquiera que no sea blanco y le
adule, pues, es simplemente imposible. El mero hecho de que ese grotesco
ser tenga el apoyo de alguien para ser presidente de los Estados Unidos
es inimaginable e incomprensible para mí.
Donald
Trump es un ignorante payaso que no sabe absolutamente nada de
política, diplomacia, o de la complejidad de gobernar en un mundo en
turbulencia e inestabilidad, enfrentando las amenazas de guerra infinita
y cambios climáticos (la existencia de los cuales él niega). Los
sectores que 'apoyan' su candidatura incluyen a los supremacistas
blancos (racistas), a los ultraconservadores evangélicos republicanos y a
confundidos obreros (blancos) que desafortunadamente (y falsamente)
creen que Trump los hará a todos multimillonarios si logra ser
presidente. Ni su propio partido lo quiere defender, y muchos
republicanos ya han anunciado su apoyo a Hillary Clinton, quien
realmente representa los intereses de ambos partidos porque es un solo
sistema el que defiende el poder estadounidense.
He
ahí el dilema en el que nosotros, los estadounidenses, estamos
navegando. ¿Escoger entre la guerra y el salvajismo? A fin de cuentas,
Clinton y Trump representan dos caras de la misma moneda. Ella es la
presentable; él, el trasero.
Las
declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva
responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de
vista de RT.
RT 10 de octubre, 2016
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
12 de octubre 2016
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