martes, 4 de mayo de 2021

PERÚ. LA GRANDEZA NACIONAL

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PERÚ. LA GRANDEZA NACIONAL

Por Gustavo Espinoza M.

 

En estas semanas de campaña electoral, se ha puesto de moda hablar de “la grandeza del Perú”. Ha sido esa una manera cómoda de alentar el Patriotismo, confundiéndolo con una extraña mezcla de rituales concebidos más bien con el propósito de preservar intereses y privilegios de la Clase Dominante.

El Patriotismo, al igual que el nacionalismo, tiene diversas modalidades e interpretaciones. Y responde, en buena medida al interés de quienes lo usan, o se valen de él, para sustentar sus puntos de vista.

Mariátegui encuentra que el nacionalismo en países dependientes como el nuestro, tiene un sesgo positivo. Se nutre del amor al pueblo que lo representa, a sus tradiciones, su cultura y a su historia, y también a sus luchas.

Es revolucionario, entonces y puede derivar incluso en el Socialismo, porque “en estos pueblos, la idea de la Nación no ha cumplido aún su trayectoria, ni ha agotado su misión histórica”.

Pero con frecuencia, es usada por los poderosos para afirmar conceptos caducos e ideas del pasado; para perpetuar beneficios arrebatados a terceros, y doblegar voluntades. En nuestro tiempo tenemos expresiones que confirman ese signo.

Mientras para unos el Patriotismo, simboliza el combate por los intereses nacionales en materia de riqueza, cultura y pueblo; para otros, presupone la preservación de un cierto status social heredado de la vieja aristocracia fosilizada y en derrota.

Los trabajadores debemos tener una visión del Patriotismo, y por ende de la grandeza del Perú. Después de todo, forjamos la riqueza nacional y con ella construimos la estructura económica sobre la cual se yergue todo el esquema social. Sin trabajadores no hay riqueza, ni producción, ni vida.

El esfuerzo de los trabajadores -mineros, pescadores, agricultores, metalurgistas, maestros y otros- permite una acumulación material y espiritual que constituye el núcleo esencial de lo que en rasgos formales se considera el Perú.

Es la base de la estructura económica del país, y por tanto la verdadera fuente de la riqueza nacional.

Pretender mimetizar el concepto de grandeza nacional con la defensa de una democracia formal y, más aun, con un “modelo” económico puntual; no es una teoría política, sino más bien una estratagema perversa de la que se valen quienes hasta hoy tienen en el Perú la sartén por el mango, y libran una batalla feroz por conservar lo acumulado.

Porque usa esa clase de artilugios, la nueva oligarquía pretende hacer creer a las grandes mayorías nacionales que es ella la que encarna la democracia; y que quienes le llevan la contraria, son simplemente terroristas, socialistas o comunistas.

Y gastan fortunas, predicando esa “doctrina”. No sólo tratan de confundir a incautos. También de aglutinar bandidos.

No sin desdén, y con una fuerte dosis de soberbia, sostienen sin remilgos que todo aquello que “amenaza” lo suyo, es algo así como la negación de la patria y por lo tanto la antípoda de la democracia más elemental.

Ocultan el fariseísmo que los pone en evidencia. Hablan de riqueza, pero generaron miseria; de progreso, cuando alentaron la dependencia; de libertad, cuando persiguieron a sus adversarios y buscaron encarcelarlos y hasta matarlos; de los derechos de la mujer, cuando las violaron impunemente y esterilizaron; de las poblaciones rurales, cuando las aniquilaron sin piedad ¿Lo recuerdan?

Y hoy, con la ayuda de los medios de comunicación de los politiqueros criollos y con los recursos de la CONFIEP; envían a las poblaciones a ex ministros, ex parlamentarios y antiguos funcionarios de distintos gobiernos, para hablar de “defender lo conquistado”, cuando lo único que legaron a esas poblaciones, fue hambre, miseria y subdesarrollo.

Ha habido quienes han calculado el costo de los 968 avisos luminosos que han sido colocados en las avenidas de distintas ciudades alentando a la población para que “impida el comunismo”. 68 mil soles cuesta mantener cada uno de esos carteles durante 30 días.

¿Han pensado cuántas Camas UCI podrían conseguirse con esa suma, cuántos balones de oxígeno, cuántas vacunas anti COVID?

Bien merecido tendrían si los pobladores simplemente echaran a sus emisarios que siempre les llevaron muerte; y acabaran con esos anaqueles luminosos, que sólo valen de adorno.

El viejo orden reaccionario hoy se desmorona bajo el impetuoso impulso de los pueblos. Y las antiguas camarillas tiemblan ante la sola posibilidad de cambios. Por eso habrán de sumarse todos, aquellos que engañaron siempre, que defraudaron cada día, que traicionaron cotidianamente la causa del Perú.

No tendrán cara para salir hoy a decir que Keiko “encarna la democracia”; que es “garantía para el pueblo”, que sirve “a los más necesitados”.

Es preferible que se callen, y que vayan impúdicamente a votar el 6 de junio por sus bolsillos y sus monedas. La grandeza del Perú, vale mucho más que eso. (fin)

 


COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

03 de mayo 2021

 

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