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DOS GRANDES
Dos grandes figuras de América nacieron un día como hoy, 13 de agosto. Fidel Castro Ruz y Tomás Borge Martínez, en 1926
y 1930, respectivamente, vieron la luz en este fragoroso territorio que
fuera liberado por San Martín y Bolívar en el siglo XIX.
Ambos
tuvieron muchas similitudes: asomaron al mundo al Sur del río Bravo en
la América indómita que conociera de pueblos, culturas y leyendas. Los
dos habitaron estas tierras en el siglo XX y llegaron incluso al siglo
XXI. Ambos fueron revolucionarios, fundaron sus propios movimientos,
buscaron caminos independientes y construyeron nuevos modelos de
desarrollo para sus pueblos. Uno y otro, pasaron a la posteridad,
recogiendo la voluntad de lucha de millones y la satisfacción del deber
cumplido.
Son
tan grandes y se perfilan con tal luz en el escenario, que tan solo sus
nombres escarapelan el cuerpo de los opresores; y suscitan anhelos y
esperanzas para los oprimidos.
Fidel
Castro Ruz nació en Birán, una pequeña localidad situada en las
cercanías de Holguín en el oriente cubano. Tuvo una educación en cierto
modo privilegiada y eso le permitió graduarse como abogado en la
Universidad de La Habana. Pero desde un inicio, vio comprometida su vida
con la lucha de su pueblo.
En
1952, a poco del golpe siniestro de Batista ocurrido el 10 de marzo,
llegó hasta el palacio judicial de la capital cubana para interponer una
denuncia constitucional contra el dictador. Después, el 26 de julio del
53’s atacó el Cuartel Moncada –la principal fortaleza militar del
régimen- y declaró fundado el “Movimiento 26 de julio”.
Años
más tarde, desde México ejecutó la operación del Granma, que diera
inicio a la histórica guerrilla de Sierra Maestra con la que triunfara
al amanecer del 1 de enero de 1959.
Después
de la victoria, su vida sería una sucesión de batallas. Todas,
emprendidas en el afán supremo de servir los intereses de su pueblo. Por
eso Fidel, se enfrentó a los enemigos más poderosos y crueles: las
Grandes Corporaciones y el Imperio.
Desde
un inicio, el gobierno de los Estados Unidos le declaró la guerra. Por
eso, el bloqueo a Cuba, que lleva más de 60 años; la Crisis de los
Misiles, que puso al mundo al borde de la extinción; y por eso los más
de 600 atentados terroristas organizados por los servicios secretos
yanquis y la Casa Blanca.
Por
eso también, el heroísmo de su pueblo; la identificación de millones
con la causa del socialismo cubano; el sacrificio inmenso de muchas
generaciones empeñadas en forjar la dignidad ,y construir la justicia.
Fidel
alcanzó, uno a uno todos sus objetivos de vida. Incluso la libertad de
los 5 héroes cubanos encarcelados por el gobierno norteamericano, y
liberados finalmente luego de más de 15 años de prisión.
Fidel,
pasó a la historia como un ideólogo, un revolucionario, un estadista,
un combatiente ejemplar, una figura de leyenda. Por eso, su vida se
proyecta en el suelo americano y sus grandes objetivos se encarnan en el
combate de millones de personas.
Tomás
Borge Martínez nació en Matagalpa cuando su país se hallaba aún hollado
por la siniestra dictadura de los Somoza. Pareciera que sólo al nacer,
tomó en sus manos la bandera de otro grande: Augusto C. Sandino,
asesinado en ese mismo periodo de la historia.
A
inicio de los años 60, con Carlos Fonseca, Silvio Mayorga y otros
compañeros, fundó el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Fue una
guerrilla que operó victoriosamente durante casi 19 años hasta alcanzar
la victoria en julio de 1979.
Fue
esa una larga cadena de horror y de violencia, de lucha infatigable
pero también de muerte y de torturas. En ella, Tomás fue un
sobreviviente. Estuvo largo tiempo en la prisión, encapuchado y
engrilletado. Pero jamás de se dejó someter, ni doblegar.
Con
la bandera de Sandino enhiesta, asumió funciones de gobierno con
ejemplar honradez y desprendimiento. Y su mayor venganza, fue alimentar y
dar educación a los hijos de sus verdugos.
Tomás
Borge fue ministro, escritor, político y diplomático. Pero, sobre todo,
fue un hombre de combate abierto, de ideas definidas, perfiles propios.
Supo encontrar en cada persona los elementos más valiosos que le
permitieran contribuir a la victoria de su patria.
Pero,
básicamente, fue un hombre de principios nobles, elevados proyectos,
arraigadas convicciones. Por eso supo enhebrar su vida tejiéndola con el
destino de su patria. Y por eso, también, mientras él vigila a la
distancia, Nicaragua se yergue victoriosa.
Nuestra
América fue cuna de hombres notables: José Martí, José Carlos
Mariátegui, Julio Antonio Mella, Augusto Sandino, Farabundo Martí, Luis
Emilio Recavarren, Aníbal Ponce, Luis Carlos Prestes, para citar
algunos. Todos ellos se proyectan hoy en nuestro tiempo y construyen la
grandeza de un movimiento indestructible.
La
lucha de nuestros pueblos por la defensa de la soberanía, la concreción
de la independencia, la recuperación de las riquezas básicas, la
protección del patrimonio nacional y la construcción de una nueva
sociedad más humana y más justa; forman parte de un legado de futuro, en
él los nombres de Fidel Castro y Tomás Borge, habrán de alumbrar con
brillo propio.
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