-0-
PERÚ. EL ENEMIGO PRINCIPAL
Por Gustavo Espinoza M.
Con
el propósito de no deteriorar aún más las relaciones entre los
distintos segmentos de la izquierda peruana, he eludido referirme de
manera directa a las opiniones vertidas por uno u otro dirigente o
militante del movimiento popular. He optado, en cambio, hablar de los
fenómenos sociales y políticos pergeñando, en torno a ellos, ideas
básicas que pudiesen servir como elementos de análisis para los
lectores.
La reciente
entrevista concedida por Vladimir Cerrón y publicada en la prensa
argentina -“Página 12”- obliga sin embargo, a romper este procedimiento y
abordar puntualmente lo dicho por el dirigente de Perú Libre Veamos:
LAS COINCIDENCIAS CON EL ENEMIGO
“Coincidimos
con el fujimorismo porque combatimos a un enemigo común, que es la
izquierda caviar, la social democracia, ellos son nuestro enemigo
principal”; sostuvo en esa entrevista el ex Presidente del Gobierno
Regional de Junín, como una manera de justificar determinadas votaciones
ocurridas en el Congreso de la República y en las que sumaran fuerza
los parlamentarios de su partido y los exponentes de la ultra derecha
peruana.
Hay
varios puntos que abordar en torno a este concepto que sin duda tiene
incidencia significativa en el escenario político de nuestro país. Por
lo demás, estas palabras perfilan un criterio de política que podría
comprometer a la izquierda peruana si no es enfrentado.
Es
un viejo dicho que cuando se coincide con la derecha, la que se
beneficia es la derecha. Y es que, ella diestra en alianzas y
componendas no suele equivocarse cuando se trata de proteger y preservar
sus privilegios de clase. Un ejemplo práctico lo tuvimos precisamente
en el seno del Congreso Peruano: PL y el fujimorismo “coincidieron” en
la votación que hizo posible la elección del Tribunal Constitucional
Como resultado de ese acuerdo, el fujimorismo ocupó las 5 plazas del TC
sin que ni Perú Libre ni ninguna otra fuerza afin al pueblo haya logrado
cupo alguno.
Esta
“victoria” del fujimorismo, lograda gracias a ls votos de Perú Libre,
le permitirá a la ultra derecha detentar poder absoluto en este máximo
órgano de administración nacional en los próximos cinco años. Todos los
temas habrán de pasar por el TC, desde un indulto a Alberto Fujimori
hasta la ratificación de un Tratado Internacional. Nada será ajeno a su
omnímodo Poder.
¿Algo
bueno obtuvo Perú Libre con esa votación? ¿Hubo alguna “compensación”
positiva para el país que justifique tal entrega?. Por lo menos en lo
que podría considerarse “el área pública”, nada. Y no quisiéramos creer
que se “pactó” algo en el ámbito secreto ¿verdad?
Hubo
adicionalmente, otras votaciones “coincidentes”, como la censura a
algunos ministros, o el ataque a la SUNEDU, el aliento a la
contrarreforma universitaria y acoso al Ministerio de la Mujer el apoyo y
la defensa de posiciones más conservadoras en torno a la sexualidad y
temas afines . Nada de eso favoreció al movimiento popular
A PROPÓSITO DE “LOS CAVIARES”
El otro tema tiene que ver con los denominados “Caviares” que, en el caso, Cerrón los precisa: la Social Democracia.
De
manera general, la ultra derecha abomina a “los caviares”. Hay que
escuchar simplemente a Beto Ortiz, Phillips Butten o Aldo M para tener
una idea de la magnitud del odio que incuban contra ellos. Pero, en tal
caso, esa inquina, es comprensible.
“Los
Caviares” constituyen un segmento social crítico al régimen de
dominación vigente. Lo cuestionan, y lo orillan, aunque no siempre se
atreven a enfrentarlo. En contra partida, se sienten “cerca” de la
izquierda, aunque se distancian de ella, para no comprometerse en
postulados fundamentales. En otras palabras, son reformistas, pero no
revolucionarios. Integran lo que comúnmente se conocen como “la
izquierda moderada”. En otros términos, son los Progresistas.
Este
es un sector social que comprende principalmente a las capas medidas de
la sociedad, a la burguesía media, más bien intelectual y “libre
pensadora”. Estratégicamente, no acepta el socialismo; ni el poder de la
Clase Obrera; ni la Revolución. Incluso le resulta difícil admitir la
existencia de las Clases, y la lucha entre ellas; y es crítica siempre
del Marxismo Leninismo y de los Partidos Comunistas y Revolucionarios.
Pero eso ¿la convierte en el enemigo principal? Ciertamente que no.
En
la política cotidiana este segmento coincidirá con la Izquierda
Revolucionaria en diversos aspectos. Y cuestionará al régimen de
dominación vigente en distintas materias. En la “Década Dantesca”, fue
muy valioso su aporte en la defensa de los Derechos Humanos. En algunos
aspectos, fueron los únicos que se enfrentaron firmemente a la represión
brutal de entonces y salvaron vidas de mucha gente. Eso, los califica,
no los descalifica.
Pero
también han dado luchas en otras esferas: la defensa de los recursos
naturales, la protección a las Comunidades Campesinas, la defensa de las
poblaciones rurales secularmente excluidas y marginadas, el combate por
la inclusión social en beneficio de minorías clásicamente ignoradas. Y
también por cierto en el enfrentamiento a la Mafia. Bajo el fujimorismo,
salieron a la calle, y se enfrentaron bien. Eso también los califica.
Por
eso, objetivamente, se perfilan como aliados del movimiento popular
Dialécticamente, pueden avanzar con él como consecuencia de la dinámica
del proceso social, o pueden desligarse de sus luchas y abandonar la
trinchera también. Por eso, no siempre son aliados firmes, consecuentes y
coherentes. Pueden ser incluso aliados inconsistentes, precarios
transitorios, pero no enemigos. Y muchos menos “el enemigo principal”,
por lo menos en esta etapa del proceso social.
COMUNISTAS Y SOCIAL DEMOCRATAS
Hubo
un tiempo en el que los comunistas considerábamos a lao Social
Demócratas como enemigos. Los “Social Traidores” les decíamos. Y nuestra
inquina tuvo peso en determinadas etapas de la historia. No hay que
olvidar que el Social Demócrata Noske –por ejemplo- fue el ministro que
persiguió hasta la muerte a Rosa Luxemburgo y Carlos Liebnecht Y que
Frederick Ebert -luego “figura señera” de la social democracia- fue
responsable de esa política que costó la vida a miles de obreros
alemanes.
Pero
la vida corrigió eso. Cuando asomó el fascismo, los comunistas
corregimos esa percepción y buscamos construir la unidad más amplia en
la lucha contra la bestialidad parda. Cuando Hitler tomó el Poder –lo
recuerda Jacques Delarue- el Partido Comunista primero y la social
democracia después, fueron decapitados . En el primer campo de
concentración que se creara -Orianenburgo- , el hijo del ex Presidente
Ebert y el Jefe de los Social Demócratas Prusianos Ernst Heillmann, se
encontraron allí con centenares de comunistas, en tanto que el comunista
John Scheer era asesinado; y el jefe del KPD Ernest Thaelmann
encarcelado y fusilado más tarde.
Jorge
Dimitrov, en 1935, llamó al Frente Único contra el fascismo. Y eso,
unido al heroísmo del pueblo soviético y al papel histórico del Ejército
Rojo, fue lo que permitió vencer en los años duros de la II Gran
Guerra. El Frente Único facilito la lucha de los Partizanos italianos y
los Maquis en Francia, pero ayudó en el mundo para la derrota del
fascismo.
LA LUCHA CONTRA EL FASCISMO
Hubo
en esa época quienes no entendieron eso. Los así llamados “comunistas
de izquierda” en Alemania, habían sido criticados por Lenin, pero fueron
derrotados después en el proceso concreto. Liderados por Maslow, Katz y
Fischer, dañaron al movimiento popular en su momento. Y lo mismo
ocurrió en las canteras de la Social Democracia, para los que, los
comunistas éramos “el enemigo principal”.
Cuando
Hitler ascendió al Poder, comunistas y social demócratas, se hermanaron
en las cárceles nazis. y ambos contingentes lucharon valerosamente
contra ese dominio. Toda la autocrítica hecha después de la guerra por
comunistas y social demócratas, coincide en considerar que el error
histórico de ambas colectividades, fue no haber hecho causa común en la
lucha contra el fascismo en ascenso; y haberse perdido más bien en
confrontaciones que, en ese marco concreto, podían resultar
subsidiarias.
Si
alguien pensó que los Social Demócratas no podían ser aliados de los
comunistas en esa contingencia, se equivocó. Y si alguno creyó que eran
el “enemigo principal”, simplemente perdió la razón. Aunque nunca se
llegó a tal extremo, a nadie en su sano juicio se le habría ocurrido
hacer alianza con los Nazis, para derrotar a la Social Democracia, Ni
siquiera un marxista leninista anquilosado en los años más sectarios del
movimiento, podría sustentar una tesis así.
El
hecho que se produzcan coincidencias entre social demócratas y
comunistas, no significa por cierto que desaparezcan las diferencias.
Ellas subsisten. Y se expresan de una u otra manera durante todo el
proceso y en cada una de las etapas del mismo. Pero no impiden
concertarse cuando los intereses del pueblo se ven amenazados por un
adversario superior, y más peligroso: el fascismo
EL ENEMIGO PRINCIPAL
En
países como el nuestro, subdesarrollados y dependientes, el enemigo
principal, es el Imperialismo. Representa los intereses del Gran Capital
y se expresa a partir de las Corporaciones y las entidades financieras.
Busca aplastar a los trabajadores y a sus organizaciones de clase, para
perpetuar su dominio., y expresa un odio profundo por todo lo que sea
progreso, desarrollo o concepción revolucionaria, de corte socialista o
comunista. El anticomunismo, es su principal bandera. ¿Podría, en ese
marco, coincidir, o pactar con los comunistas?
Y
en el Perú los intereses del capital financiero no los representa por
cierto ni Verónica Mendoza ni Mirtha Vásquez. Los representa, en todo
caso, Dionisio Romero, que no financia a Juntos por el Perú, sino a
Keiko Fujimori y a Fuerza Popular; con el agravante que este “partido”
no es un segmento periférico en la vida nacional, sino un movimiento
bien organizado y ricamente financiado, que ya estuvo en el Poder
aplicando la variante más perversa del capitalismo de nuestro tiempo -el
Neo Liberalismo- y que ahora se empeña en recuperarlo a cualquier
precio no para imponer una “democracia burguesa”, sino la dictadura
terrorista de los monopolios con apoyo de masas, vale decir, la versión
criolla del fascismo. ¿Es posible no darse cuenta de eso?
PALABRAS FINALES
Los
comunistas podemos equivocarnos, y sostener puntualmente criterios
erróneos. Lo que no debemos hacer nunca, es darla la razón al enemigo,
ni entenderse con él para golpear a otra parte de nuestro pueblo. La
política leninista de acumulación de fuerzas nos indica con precisión
que luego de definir al Imperialismo como el enemigo fundamental de
nuestro pueblo, y de todos los pueblos del mundo; la tarea es sumar
fuerzas: ganar a todos los que pudiesen coincidir con nosotros en esa
lucha, aunque fuere en forma transitoria, temporal o episódica; y
neutralizar a quienes no se sumen a nuestra causa simplemente para que
no se pasen al campo adversario.
Eso
es lo que hace dúctil y maleable nuestra política de alianzas, que debe
quedar siempre asentada en sólidos principios de clase (fin)
No hay comentarios:
Publicar un comentario