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LA PATRIA NUESTRA 
Por Gustavo Espinoza M. 
Diario UNO 7 Domingo 30 de julio 2023- Edición virtuak
Cuando
 Marco Martos sintió la necesidad de exponer su sentido de patria, 
acudió a la belleza literaria y nos dijo: “No es este tu país / porque 
conozcas sus linderos / ni por el idioma común / ni por el nombre de sus
 muertos / Es este tu país / porque si tuvieras que hacerlo / lo 
elegirías de nuevo / para construir aquí / todos tus sueños”.
Este
 recurso le ayudó a contrastar dos concepciones que en verdad responden a
 un mismo sentimiento: el sentido de lo que constituye la patria, y lo 
que se integra a partir del sueño de los peruanos orientados por los más
 altos ideales.
El Perú
 es uno de los países más antiguos del mundo. Cuando en los años 50 
estudiábamos la “historia”, los textos nos conducían a las culturas 
milenarias: el antiguo Egipto, la Mesopotamia, la pequeña Fenicia. 
Eran
 poblaciones que habitaban el planeta tres mil o cuatro mil años antes 
de nuestra era, y asomaban como las civilizaciones más primitivas. Hoy, 
la Cultura Caral representa la más antigua peruanidad.
Podemos,
 los peruanos de hoy, hablar de culturas nacionales alimentadas desde 
hace casi siete milenios y nutridas de valores que se han ido acumulando
 en la experiencia de lo que llamamos “poblaciones originarias”, y que 
no son otra cosa que la vida, que alumbra las expectativas de nuestros 
pueblos.
De
 esas experiencias es que nace la pluralidad de la cultura, la 
diversidad de lenguas aborígenes, las costumbres ancestrales, los mitos y
 leyendas; pero también las grandes creaciones peruanas desde 
Choquequirao, el Santuario de Ampay y la Fortaleza de Keulap, hasta 
Machu Picchu.
Es
 esa historia la que pudo forjar culturas: Nazca o Paracas; Moche o 
Chavín; Tiahuanaco o Chimú; para citar tan solo algunas expresiones de 
riqueza, que precedieran al grandioso Imperio de los Incas. Y fue éste, 
el que extendió el caudal de nuestra cultura a diversos rincones de 
América en un sueño interrumpido por la conquista y el coloniaje.
Mariátegui
 recordó que la destrucción de la estructura Inca no permitió forjar una
 cultura nueva, sino que abrió paso a una conquista violenta que 
ensombreció la vida nacional. 
Así,
 dio sustento a expresiones aaheroicas de nuestra historia: la rebelión 
de Manco Inca, la resistencia de Juan Santos Atahualpa, la epopeya de 
Tupac Amaru, y Micaela Bastidas las luchas de Francisco de Zela, Crespo y
 Castillo, Aguilar y Ubalde, al sacrificio de Mariano Melgar, y la 
inmolación de José Olaya, hitos de una misma voluntad: liberar al país 
del yugo extranjero para afirmar el verdadero sentido de una Patria 
Nuestra. 
A
 esa opción se sumaron los mensajes de quienes forjaron con sentido 
creador a ésta, “Nación en proceso de formación”. Desde María Alvarado, 
Mercedes Cabello, Clorinda Matto; hasta Miguel Grau, Francisco 
Bolognesi, Alfonso Ugarte, Ramón Castilla, Daniel Carrión y González 
Prada.
Las
 luchas de nuestros pueblos en distintas etapas, complementaron el 
mensaje y afirmaron el papel de una clase social -los trabajadores- y un
 movimiento siempre vivo: el campesinado, que vibró por la dignidad y la
 justicia afirmando el pensamiento de hombres grandes, como César 
Vallejo, José Carlos Mariátegui o José María Arguedas.
En
 el Perú nunca se produjo la fusión de dos culturas, orientada a forjar 
una tercera. Hubo un proceso de destrucción de la cultura nuestra, en el
 afán de desaparecer lo que los conquistadores juzgaron “una raza 
inferior”. 
Hoy,
 la vida se ha encargado de desmentir tal engaño. Y eso, ocurrió también
 en el extenso suelo americano, igualmente hollado por nuevos 
conquistadores, también cegados por el oro.
Frente
 a ellos, los pueblos vienen recuperando su imagen desde una óptica 
nueva. Las banderas que enarbolan, recogen dos grandes expresiones de la
 dignidad: la lucha por la Independencia y la Soberanía. 
Con
 ellas, podremos recuperar nuestra vigencia, y forjar la sociedad del 
futuro. Nosotros la llamaremos Sociedad Socialista porque en la base de 
nuestra historia está la vida comunitaria y social de nuestros pueblos; y
 porque asomará basada en los más altos y genuinos valores de la 
comunidad humana.
Y
 porque se alimentará de las batallas que se libran en todo el 
continente contra el dominio opresor del Imperio, que busca perpetuar la
 discriminación y la barbarie.
Hombres
 netos de América, como Emiliano Zapata o Augusto C. Sandino, jugaron en
 el pasado un rol decisivo en esta tarea. Hoy, el empeño continúa. Eso 
explica la lucha de nuestros pueblos que más allá de fronteras formales 
recogen la semilla del pasado y siguen un nuevo derrotero. 
Ese
 es Cuba, desde Hathuey hasta nuestros días; Venezuela o Chile; Bolivia,
 Ecuador; El Brasil de Tiradentes, o el México desde Moctezuma hasta 
nuestro tiempo. A él, aportamos hoy.
Para
 nosotros, la tarea consiste en recuperar las riquezas básicas, 
reconstruir la economía nacional en beneficio de las grandes mayorías, 
integrar al país con un claro sentido liberador y democrático, respetar 
la interculturalidad, incorporar a las acciones esenciales a los pueblos
 discriminados, sometidos y marginados; en suma, mostrar sentido de 
Patria y hacernos dignos de su historia. Sobre todo ahora, cuando 
tenemos un país ensangrentado y dividido
Sólo así concretaremos el anhelo del poeta, y construiremos aquí todos los sueños: construir la Patria Nuestra. (fin)
 
 
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