Construcción de Perú Integral EL PARTIDO DE MARIÁTEGUI I LA CONSTRUCCIÓN IDEOLÓGIC

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Construcción de Perú Integral

 

EL PARTIDO DE MARIÁTEGUI

I

LA CONSTRUCCIÓN IDEOLÓGICA

 

"No, no hay país más diverso, más múltiple en variedad terrenal y humana: todos los grados de calor y color, de amor y odio, de urdimbres y sutilezas, de símbolos utilizados e inspiradores… Imitar desde aquí a alguien resulta algo escandaloso. En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta que tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aquí mismo. " (José María Arguedas. Discurso al recibir el Premio Inca Garcilaso de la Vega. Octubre de 1968).

!917, la Revolución de Octubre en Rusia está en acto, conmoviendo a todo el mundo burgués. El movimiento telurio mundial llega hasta estas lejanas y milenarias tierras del Perú. José Carlos Mariátegui La Chira, joven periodista autodidacta, percibe nítidamente el mensaje, la noticia, la buena nueva, nítidamente en sus antenas receptoras entrenadas por el reportaje.

Acaba de salir de los claustros del Convento de los Descalzos; allí, en sereno recogimiento, y teniendo la compañía de su asesor espiritual, el sacerdote católico Francisco María Aramburú ha encontrado el remanso que buscaba, y fruto de este retiro espiritual, ha compuesto dos sonetos: Elogio de la celda ascética, y, La voz evocadora de la capilla. José Carlos Mariátegui La Chira, aún es idealista, en el sentido filosófico del término.

Luego acontece un hecho luctuoso que conmoverá toda su estructura humana; me refiero al asesinato, el catorce de febrero de ese año trascendental, del "niño mimado de Lima" como se le conocía al gran escritor y periodista Leonidas Yerovi que era mayor por trece años que "el cojito genial". A él le escribe también un poema en el que manifiesta una decisión que marcará un derrotero en su vida: "Yo era un niño cuando ya tu eras Grande. /

...Te admiré en el verso musical, en la frase /

inteligente, en la observación sutil, /

en el comentario satírico. /

...Mi espíritu y el tuyo no llegaron /

a la afinidad, pero se encontraron siempre /

en la comprensión. /

...Jamás nos abrazamos y por eso /

jamás pudimos hacernos traición. /

...Y hoy encuentro tu cuerpo exangüe, /

helado y herido como el de nuestro /

Señor Jesucristo. /

...Los demás hombres te aman en el recuerdo /

de tu obra, yo en el recuerdo de tu espíritu. /

...Tu habías consentido que tu corazón /

fuese más grande que tu cerebro. /

Me encomiendo a ti para que yo no lo haga jamás."

Esta es la decisión que toma Jose Carlos al procesar el terrible acontecimiento del asesinato por un ciudadano chileno de su "hermano mayor": que su cerebro sea mas fuerte que su corazón. Es decir, que la razón sea más fuerte que el sentimiento, que la pasión.

El lunes 5 de noviembre de 1917, a la una de la madrugada, en el Cementerio Presbítero Maestro de la ciudad de Lima, se escenificó la Marcha fúnebre de Chopin, teniendo como única bailarina a la suiza Norka Rouskaya y como violinista a Luis Cáceres. José Carlos Mariátegui figuraba como uno de los organizadores y espectadores de tal acontecimiento artístico. Este acto de cultura no fue igualmente apreciado por la anémica sociedad limeña que de aristocrática solo tenía el nombre, porque en cuanto a gustos culturales era más bien pobre. Fue un escándalo. Tanto artistas como espectadores terminaron en la cárcel.

Especialmente José Carlos Mariátegui que era sindicado como el principal profanador. Y bien, esta prisión se prolongó, de tal manera que el miércoles 7 de noviembre, mientras el proletariado de Petrogrado tomaba el poder en Rusia, el futuro Amauta meditaba en su celda, esta vez no tan ascética, acerca de su vida, y de la sociedad limeña que él había querido conquistar y que tan fieramente le daba ahora la espalda condenándolo como sacrílego profanador de tumbas.

De esta prisión salio distinto, algo se había roto para siempre. Conservaría su espíritu religioso, combativo, apasionado, místico, heroico, pero desecharía lo eclesiástico, lo escolástico, lo fanático, lo supersticioso, el rito mecánico, y, sobre todo, la manera de pensar.

Y esto se expresa cerca al fin de este año histórico a nivel mundial, con su artículo Maximalismo Peruano, publicado en el diario El Tiempo, el treinta de diciembre, en respuesta a la acusación de "bolcheviques peruanos" que El Comercio les endilga a José Carlos y su grupo de amigos.

Mariátegui dice: "...¡Bueno! ¡Muy bolcheviques y muy peruanos!...¡Pero más peruanos que bolcheviques!" Con lo cual estaba señalando su posición de poner el Perú por encima de todo, como debía ser.

Después de toda esta crisis existencial, el futuro Amauta se va consolidando, y en 1918, "nauseado de política criolla..." se orienta resueltamente hacia el socialismo. Es decir, al marxismo. Porque socialismo es sinónimo de marxismo. También conocido como socialismo científico.

Y es así que el 22 de junio de ese año sale el primer número de la revista "de combate" Nuestra Época. Y José Carlos Mariátegui se estrena como socialista, como marxista, con dos artículos que analizan dos aspectos medulares del Estado: el aparato militar, y el aparato burocrático.

Por el primero, recibe la "visita" de un grupo de militares peruanos que lo agreden verbal y físicamente. Y por el segundo, nos enteramos que "los partidos no son eternos. Responden a una necesidad o una aspiración transitorias como todas las necesidades y aspiraciones. Una vez que desaparece el motivo de su existencia desaparece su fuerza." Es imposible no percibir el genial uso de la dialéctica, del método dialéctico aplicado a interpretar la realidad que se quiere transformar. Es por eso que funda una revista de combate. Es por eso que participa en el Comité de Propaganda Socialista, porque quiere transformar una realidad que necesita ser transformada, y que para ello, también necesita ser interpretada, todo en medio de un proceso dialéctico en espiral que lo va elevando del periodismo a la doctrina… (Continuará...)

por Manuel Velásquez R

FB 07 oct 2021

 

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11 de octubre 2021