El diputado Carolus Wimmer
describió esta histórica iniciativa como el hecho que sentó las bases teóricas
y organizativas de la fuerza trabajadora revolucionaria
Al celebrarse hoy 28 de septiembre
de 2013 los 149 años de la fundación de la Primera Internacional Socialista,
“es necesario destacar que ésta sentó las bases teóricas y organizativas del
movimiento obrero internacional, al asumir el marxismo y el socialismo
científico como instrumentos de lucha para la liberación del género humano de la
explotación capitalista”, declaró el diputado al Parlamento Latinoamericano
Carolus Wimmer
La Primera Internacional Socialista
fue la asociación inicial del proletariado, “cimentadora del internacionalismo
proletario como la solidaridad concreta de la clase trabajadora de todas las
naciones y pueblos”, señaló Wimmer, quien es dirigente del Partido Comunista de
Venezuela: “Este gran frente de organizaciones obreras y dirigentes
revolucionarios de los principales países industrializados y capitalistas fue
una clara demostración de que solo unidos se puede derrotar la explotación”.
Desde esa perspectiva, confirmó que aquel encuentro ejerció gran influencia en el
desarrollo de la lucha política y económica del proletariado no solo de la
época, sino hasta nuestros días.
El diputado Wimmer explicó que la
Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) –que pasaría a la historia
como la Primera Internacional– se fundó gracias al esfuerzo de dirigentes
sindicales ingleses, franceses, alemanes y de otros países europeos, reunidos
en un mitin en Saint Martin’s Hall en Londres, el 28 de septiembre de 1864,
“unidos indisolublemente con los nombres de Carlos Marx y Federico Engels”.
“A aquella iniciativa, la
humanidad toda le debe su única posibilidad de supervivencia, pues como dice la
célebre frase de Rosa Luxemburgo, no hay elección, es socialismo o barbarie”,
expresó.
MARCO
HISTÓRICO
Wimmer subrayó que la acción
organizativa que nucleó a los movimientos obreros de entonces, “se produjo en
un momento de gran auge del capitalismo industrial y de manufactura en
Inglaterra, que había visto triplicar en los últimos 20 años sus ganancias con
la importación y exportación de mercancías”. Y destaco: “Al mismo tiempo, la
pobreza de la clase trabajadora aumentó a niveles tan infrahumanos que solo
‘enfermedad, hambre, miseria y muerte, era el destino de las y los
trabajadores’, según lo describió Federico Engels, en 1845, en su ensayo “La
situación de la clase obrera en Inglaterra”
LA ÚNICA
ALTERNATIVA
Carolus Wimmer afirmó que los
padres de la unidad del proletariado mundial certificaron esa unión como la
única alternativa al horror que vivían las grandes mayorías trabajadoras. Al
respecto, citó un pasaje de un texto de valor histórico: “La conquista del
poder político es, por lo tanto, el gran deber de la clase obrera. Así parece haberlo
comprendido ésta, pues en Inglaterra, en Alemania, en Italia y en Francia, se han
visto renacer simultáneamente estas aspiraciones y se han hecho esfuerzos para
reorganizar políticamente el partido de los obreros”. Estas son palabras de
Carlos Marx, que en 1864 escribió en el Manifiesto Inaugural de la AIT.
“Esta organización desempeñó un
papel trascendental en la propagación de las ideas y las tesis del marxismo
como doctrina científica de la sociedad, contribuyó a la unión del socialismo
científico con el movimiento obrero y a la organización de partidos obreros en
todos los rincones del planeta”, acotó.
OTRAS
CONTRIBUCIONES
Enumeró otras contribuciones no
menos importante de la AIT: “La creación de la Primera Internacional Socialista
permitió alcanzar los primeros éxitos en la lucha por la reforma de los
derechos políticos en Inglaterra; el inicio de la transformación de la
legislación laboral en beneficio de las y los trabajadores; el comienzo de la
humanización y reducción de la jornada de trabajo al condenar los turnos
nocturnos sin descanso y las formas de trabajo que literalmente conducían a la
muerte a las mujeres y niños, los sectores más explotados y desprotegidos”.
Además de esto, le dio concreción
a “la ampliación de la capacidad de movilización y resistencia de la clase
obrera al apoyar huelgas en varios países; la unidad con otros sectores de la
sociedad civil al visibilizar la participación de las y los obreros en guerras
civiles y de liberación nacional, como fue el caso de la experiencia de la
Comuna de París, como primer intento de revolución obrera y de gobierno obrero
en el mundo”
CÓMO Y
POR QUÉ SE DISOLVIÓ
El diputado del Parlatino apuntó
que la AIT cesó sus funciones en 1876, en medio de una polémica reunión de su
Consejo General en la ciudad de Nueva York. En su opinión, su disolución
obedeció esencialmente a dos factores: “El primero fue el fracaso de la
experiencia de la Comuna de París en 1871, lo que significó la derrota del
primer intento de la clase obrera de tomar el poder, el cielo por asalto.” “Y
el segundo elemento, fue el creciente antagonismo entre corrientes reformistas
y sectarias de la intelectualidad burguesa, representadas por Proudhon y
Bakunin, y los ideólogos del socialismo científico, Marx y Engels” “Estos
últimos, pensadores universales y científicos, sostenían que el proletariado
debe tomar el poder estatal para trascender el Estado burgués y abolir toda
autoridad y formas de coerción, mientras los anarquistas se oponían a toda autoridad
y todo tipo de Estado, sin importar su carácter de clase. El marxismo impulsa y
cree en la participación política de la clase trabajadora en todas las
instancias de poder, en cambio los anarquistas no”, aseveró.
Wimmer advirtió que ambas
tendencias se hicieron irreconciliables y la división fue inevitable, “sin
embargo, los 14 años de la AIT sirvieron como experiencia previa para consolidar
la Segunda Internacional -‘Socialdemócrata’- y la Tercera Internacional -‘Comunista’–
fundadas en 1889 y 1919 respectivamente, que transformaron la historia del
movimiento obrero mundial”
UNA EXPERIENCIA POLÍTICAMENTE
ÚTIL PARA LA HUMANIDAD
A la pregunta de si la Primera Internacional
fue una experiencia políticamente útil para la humanidad, Carolus Wimmer
respondió: “Claramente útil, y para sintetizar su vigencia diremos que hoy
debemos rescatar de la Primera Internacional tres aspectos fundamentales:
primero, la vigencia y la necesidad de la organización política del pueblo trabajador
en un partido propio de la clase obrera”. “El segundo, la preponderancia
científica del marxismo frente a concepciones sectarias, conciliadoras y en
particular en este momento en la Revolución Bolivariana, pues la organización
política revolucionaria debe ser exitosa en su lucha contra el sectarismo y el
oportunismo dentro de sus filas”, añadió. El tercer aspecto que rescata Wimmer
es “la preparación de la clase obrera para la defensa militar del poder
revolucionario. Eso es vital y debemos tomar nota en esta coyuntura en
Venezuela, en la que por primera vez en la historia tenemos un Presidente
obrero y chavista, el camarada Nicolás Maduro”.
CORREO
del ORINOCO La artillería del pensamiento
Pág.
24 Memoria
T/ Mercedes Aguilar
F/ Archivo CO
Caracas
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