Aurelio Suárez Montoya, Bogotá
El
Espectador,
septiembre 17 de 2013
¿Qué tan cierto
es el impacto de los acuerdos comerciales en el agro colombiano?
El saliente
embajador norteamericano, Michael Mckinley, hizo en Blu Radio una defensa del
TLC que se volvió el original de las fotocopias hechas por algunos “criollos”,
abogados de oficio del Tratado, que intentan ocultar la inicua negociación.
Dicen que las
cifras del primer semestre de 2013 no indican incrementos desmesurados de las
importaciones agropecuarias y que las de Estados Unidos son “desviación de
comercio”, arrebatadas a otros competidores, en maíz, trigo y soya. “Todo bien”
y, por tanto, el TLC no es leitmotiv de paros agrarios.
La
Representación Comercial de Estados Unidos, USTR, al cumplirse el primer año
del Acuerdo, los contradice con sus datos USA-Colombia: “Las exportaciones de
soya aumentaron 467%, a 118,6 millones de dólares (…) de productos lácteos
crecieron 214%, a US$24,7 millones (...) las de carne de cerdo subieron 66% a
US$45,2 millones (…) las de uvas aumentaron 36% a US$9,3 millones (...) las de
trigo crecieron 15% en el mismo período, a US$186,4 millones”. Las de papa
procesada se acrecentaron en 132%, el tercer destino luego de Kuwait y Chile.
Mientras aquí
dicen que nada pasa, en el Norte gozan del éxito, agregando: “Dado que Colombia
es actualmente el segundo mayor comprador de productos agrícolas de Estados
Unidos en América del Sur, no extraña que las tarifas reducidas en virtud del
acuerdo hayan abierto aún más el mercado”.
Exfuncionarios y
exnegociadores ven “natural” que Estados Unidos sea el beneficiario. Saben que
la cláusula NMF (Nación Más Favorecida), suscrita en el TLC, le otorga las
máximas preferencias entre todos los países, incluido Colombia. En cinco años,
por ejemplo, el número de subpartidas agrícolas para exportación con arancel
cero es favorable a Estados Unidos, 89,7% contra 86,4%.
Las proezas del
agro norteamericano se fundan en el dumping, diseñado para colocar excedentes
en el exterior, los cuales, para 2013 son 112 millones de toneladas. Ese
dumping se fundamenta en enormes subsidios estatales que cobijan a su
agricultura. Heritage Foundation calcula —según la Ley en trámite— que desde
2013 crecerán 56% en relación con 2008, hasta 955 mil millones de dólares para
los siguientes cinco años.
El porcentaje al
cual exportan por debajo del costo es conocido. En el TLC con México, el Centro
Woodrow Wilson mostró, entre 1997 y 2005, que para maíz fue del 19%; para arroz
del 16%; para carne de res del 5%; en carne de cerdo del 10% y de pollo del
10%, acarreando pérdidas a los productores mexicanos por 12.832 millones de
dólares reales de 2000. ¿Una apostasía renegociar el TLC?
Para la economía
campesina nacional, se hicieron previsiones con el TLC. Garay y otros
concluyeron que la reducción mensual del ingreso total de los hogares oscilaría
entre el 7% y el 10%. El Ministerio de Agricultura, en 2004, escribió: “El
sector rural resultaría damnificado por el TLC si no se preserva un sistema de
estabilización como el SAPF”. Así aconteció. ¿Herejía de “enruanados”
levantarse contra el TLC?
Depender de
importaciones alimentarias con dumping no rebaja precios al consumidor. En
México, donde las de maíz crecieron, del 7% del consumo en 1990 al 35% en 2008,
el kilo de tortilla pasó, de 2000 a 2007 de 4 a 10 pesos y en 2008, cuando
estalló el boom mundial de commodities agrícolas, se trepó en 66%. Igualmente,
en Haití el arroz, que es todo extranjero, alzó 130%. En Colombia, entre
enero/2008 y abril/2011, el IPC nacional de alimentos creció 16 puntos, tanto
como la inflación total, pese al aumento de importaciones.
Se entiende que
el impacto negativo del TLC sobre los males estructurales del agro, tierra,
bienes públicos y otros es exponencial, pero ya habrá tiempo para volver sobre
este punto. Tienen todos la misma raíz, una política agraria nunca autónoma,
siempre importada, así como es la defensa actual de los TLC made in USA.
de: Polomoir <moir@moir.org.co>
responder a: moir@moir.org.co
fecha: 18 de septiembre de 2013 18:12
asunto: [polomoir1] "Lo que se le
viene al campo: Defienden los TLC made in USA"
lista de distribución:
polomoir1.listas.moir.org.co
enviado por: listas.moir.org.co
firmado por: moir.org.co
Nota.- El reciente paro agrario en
Colombia, que duró cerca de tres semanas, que sacó a la luz pública la
situación del agro colombiano, que fue negado por el presidente del país (y que
señaló que era una protesta parcial de “campesinitos”) ha sido motivo para
solventes estudios de Aurelio Suárez Montoya, autor entre otros escritos de El Infarto de Wall Street.
La
crisis del agro no sólo es en Colombia. Prácticamente es en toda nuestra
UNASUR. Por ejemplo, este estudio sirve de material referencia para comprender
mejor la situación actual de la agricultura en nuestro país.
El
TLC es un nuevo grillete para nuestros países. Con él se abren las puertas para
el ingreso de productos agrícolas de las transnacionales, que gozan no solo de
privilegios en EUA sino que ahora agregan el “libre de impuestos arancelarios”
de nuestros países.
EUA
cuida mucho su soberanía alimentaria. No tiene aranceles pero sí el “control de
calidad”, barrera con que impide “legalmente” el ingreso de productos
agropecuarios.
¿Tiene
nuestro país un programa agrario para asegurar su soberanía alimentaria? Esto
es demasiado evidente con “el impacto negativo del TLC sobre los males
estructurales del agro, tierra, bienes públicos y otros” Aprendamos la lección.
Por
eso sigue vigente el principio de que el
régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político y
administrativo de toda nación.
Ragarro
27.09.13
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