martes, 6 de junio de 2023

DICTADURA CÍVICO-MILITAR DE DINA BOLUARTE ES INSOSTENIBLE

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DICTADURA CÍVICO-MILITAR DE DINA BOLUARTE ES INSOSTENIBLE
Carlos Angulo Rivas
Las ejecuciones extra-judiciales son 49, con otras víctimas mortales agregadas a ellas se sobrepasan fácilmente los 70 muertos, los heridos de bala con armamento de guerra hospitalizados llegan a casi 1,500 y los presos más detenidos son incontables; es decir, toda una acumulación de violaciones de los Derechos Humanos perpetradas por la dictadura de Dina Boluarte que usurpa el poder del Estado. Los periodistas y analistas políticos destacan, principalmente, el número víctimas mortales; sin embargo, una visión integral de los acontecimientos nos lleva a la conclusión de estar frente a una serie continuada de actos de barbarie cometidos por disposición de la dictadura cívico-militar instaurada en el Perú. La información recogida por las organizaciones internacionales y nacionales de Derechos Humanos indica la aplicación de una política represiva terrorista, en tanto el régimen Boluarte quiso imponer MIEDO extremo en la población a fin de controlar las protestas por el derrocamiento del presidente Pedro Castillo. Pruebas al canto, si hubo cerca de 1,500 heridos de bala usando armamento de guerra significa que ese abultado número de víctimas sólo se explica por la orden superior de balear a mansalva a las multitudes regionales auto-convocadas para las protestas sociales y las marchas.
El hartazgo ciudadano llegó a romper los esquemas del continuismo económico neo-liberal corrupto, aquel de votar por “el mal menor” entre los partidos políticos tradicionales en cada una de las elecciones generales. Entonces, la mayoría del pueblo cansada del entrampamiento de la pobreza generada decidió elegir a Perú Libre y a Pedro Castillo, portaestandartes del cambio político, económico y social. El rechazo a Castillo del conservadurismo fue violento y feroz queriendo imponer a la perdedora Keiko Fujimori mediante los alegatos de fraude electoral. Después, contra el mismo Castillo por su arrojo de llegar a ser presidente se montó una campaña de demolición diabólica con tres mociones de vacancia concatenadas hasta llegar a la destitución ilegal ejecutada por el Congreso. Pese a ello, de hecho, Pedro Castillo había colocado la pelota en la cancha de los golpistas fuji-fascistas y lo hizo en el mismo momento de patear el tablero el 7 diciembre 2022. Su proclama ese día fue una valiente denuncia ante el país, referida a los impedimentos de poder gobernar con un Congreso empeñado en destruirlo mucho antes de asumir la presidencia de la república. Nadie duda del escarnio moral, los agravios, las burlas, las vejaciones y el racismo, sufridos por el presidente Castillo; no obstante, el Estado Mafioso y la gigantesca corrupción de congresistas, jueces, fiscales y mandos militares, aprovecharon la exigua infracción constitucional de Castillo (leer un mensaje de intenciones loables y precisas en beneficio del Perú) para dar un Golpe de Estado cívico-militar e imponer una dictadura cuya crueldad manifiesta se exhibe por sí sola en los nefastos resultados, algo semejante a una jornada de barbarie.
Sin duda, la gran mayoría ciudadana, en diciembre pasado, censuraba el escarnio al pobre Pedro Castillo y deseaba el cierre del Congreso convertido en un antro de maleantes; además, deseaba terminar con la macro corrupción y la impunidad, meta imposible de alcanzar sin la re-estructuración del sistema judicial del país, sin un Nueva República y Nueva Constitución. Por consiguiente, Castillo en su proclama de alteración a la achacosa constitución fujimorista propuso un gobierno de excepción provisional y la convocatoria de un nuevo Congreso con facultades constituyentes; pero los congresistas ni siquiera tocaron el contenido del anuncio porque en defensa del Estado Mafioso, con el cual se sienten cómodos, prefirieron ir por la cabeza del presidente sin más ni más. Aunque por principio no se debía atacar al mensajero sino analizar los temas de fondo, los argumentos, del mensaje a fin de no llegar al dogmatismo de rechazar de manera ciega las posiciones política asumidas. ¿Qué es lo más importante en el país, las formas ceremoniales de cumplir con la deficiente constitución fujimorista o solucionar de raíz el problema peruano contemporáneo que lleva treinta años de formación y fortalecimiento del Estado Mafioso creado por la yunta Fujimori-Montesinos?
Los planteamientos hechos por el presidente Castillo siguen en píe. Son las mismas banderas levantadas en todo el Perú mediante las marchas de protesta, los paros regionales y la movilización social. Se exige libertad del Presidente Castillo, renuncia inmediata de Dina Boluarte, disolución del Congreso, Nueva República, Nueva Constitución y reforma total del Sistema Judicial contra la impunidad, jueces supremos y Tribunal Constitucional elegidos por el pueblo. Renegociación de contratos ley del extractivismo de Recursos Naturales y de Servicios Públicos. La pregunta del millón es ¿pueden seguir hundiendo el país el Congreso con apenas 4% de aprobación popular nacional y la ususrpadora Dina Boluarte con el misericordioso apoyo de 14% en el mejor de los casos? Por supuesto que NO. Las protestas y paros regionales deben continuar de manera masiva para derrotar a la dictadura, ahora se calientan motores para llegar con fuerza inusitada al 19 de julio 2023.

 

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