viernes, 2 de junio de 2023

LA INDUSTRIALIZACION DE LOS FOSFATOS DE BAYOBAR DEBE RESPONDER AL INTERÉS NACIONAL

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LA INDUSTRIALIZACION DE LOS FOSFATOS DE BAYOBAR DEBE RESPONDER AL INTERÉS NACIONAL

 

En momentos en que se ha sancionado una ley para la industrialización de fertilizantes en la reservas de Bayoyar y existe una escasez de fertilizantes por la guerra en Ucrania, el objetivo de este artículo es describir ¿cómo se formaron los yacimientos de fosfatos en las costas de Piura?  ¿Cuáles las características de su explotación, su importancia para la economía peruana y los daños al medio ambiente? ¿Cuál el marco legal de su explotación y cómo fue el proceso licitatorio?, a través de la cual, empresas extranjeras se apropian de los recursos naturales, realizando pequeñas inversiones iniciales se sobrevalorizan y pasan de mano en mano hasta obtener precios exorbitantes. Es un esquema que en nada se diferencia del proceso de apropiación en general de los recursos naturales en el Perú.  Finalmente expondremos algunas pautas sobre su importancia estratégica de los fertilizantes en el desarrollo del país y las medidas que deben ser tomadas desde una perspectiva nacionalista y de cambio social en beneficio de todos los peruanos.

 

Los extensos yacimientos de fosfatos ubicados en Bayóvar fueron descubiertos en la década de 1950, en la costa del departamento de Piura. Los fosfatos de Bayóvar se formaron a partir de la acumulación de excrementos y restos orgánicos de animales marinos que vivieron en la zona hace millones de años. Estos restos quedaron enterrados bajo capas de sedimentos y, con el tiempo, se compactaron y mineralizaron, formando los depósitos de fosfatos que se encuentran en la región Piura. Los fosfatos de Bayóvar son de gran importancia potencial para la economía peruana, ya que representan una de las principales reservas de fosfato del mundo.  Más de medio siglo después, a mediados del año 2010, se inició su explotación a cargo de la empresa Miski Mayo, subsidiaria de la brasileña Vale, que ganó un concurso público internacional llevado a cabo por PROINVERSIÓN en el año 2005.

 

Las empresas que actualmente explotan los fosfatos de Bayóvar son la empresa brasileña Vale, la empresa estadounidense Mosaic y la empresa peruana Cosayach. Vale es la empresa líder en la explotación y exportación de fosfatos. La explotación de los fosfatos de Bayóvar ha generado diversos impactos ambientales en la región. Uno de los principales impactos es la alteración del suelo y la vegetación, ya que se debe remover gran parte de la cobertura vegetal para acceder al mineral. Además, la explotación de fosfatos puede generar contaminación del agua y del aire, así como afectar a las comunidades locales y a la fauna silvestre. Es importante que se tomen medidas para minimizar estos impactos y garantizar una explotación sostenible de los recursos naturales

 

La industrialización del fosfato de Bayóvar para que Sechura produzca fertilizantes y abastezcan al mercado nacional; así como los compromisos pendientes y la obligación de tener siempre mano de obra y preferencia de empresas locales; fue una exigencia que realizaron tres alcaldes de la provincia de Sechura y que plantearon una revisión del Contrato Bayóvar que fue firmado en 2005. En comunicado expresaron.  “Debe cumplirse la segunda etapa, y si el Estado debe renegociar o mejorar algunas condiciones creo que deben sentarse en una Mesa de Trabajo para resolver este problema e incentivar la producción nacional de roca fosfórica pero también darle valor agregado y producir fertilizante que beneficie a la agricultura de nuestro país con los fosfatos de Bayóvar”. MORALES J.E. (2021) 

 

La industrialización de este recurso permitirá la producción de fertilizantes que son esenciales para la agricultura, uno de los sectores económicos más importantes del país. Además, la extracción y exportación de fosfatos de Bayóvar también generará empleos y contribuirá significativamente a la economía peruana. En julio de dos mil veintiuno, durante la gestión del presidente Castillo fue promulgada la Ley que promueve la industrialización del agro con la finalidad de generar nuevos motores de crecimiento económico que lleven a la diversificación y la sofisticación económica, la reducción de la dependencia de los precios de materias primas, la mejora de la productividad, el aumento del empleo formal y de calidad, y un crecimiento económico sostenible de largo plazo. Complementariamente fue creado El Plan Nacional de Competitividad Agroindustrial. En Mayo de 2022 fue aprobado la Ley N°1987/2021-CR - Congreso para la Producción de Fertilizante de roca fosfórica, ubicada en los yacimientos de fosfatos de Bayóvar, Región Piura. (CNCF, 2019)

Campodónico H. (2021), emite algunas consideraciones sobre el proceso licitatorio para la explotación de los fosfatos de Bayóbar. Dice, que en el Perú tenemos los fosfatos de Bayóvar (región Piura), insumo para los fertilizantes fosfato diamónico (DAP, en inglés) y fosfato monoamónico (MAP, que elevan la productividad de los cultivos. Sin embargo, en lugar que esos fertilizantes se produzcan en el Perú, los fosfatos se exportan como roca fosfórica (en bruto) para que sean procesados en el extranjero. Así, el Perú importa el DAP y MAP a precios internacionales, lo que agrava la economía de los agricultores peruanos y, también, de los consumidores, más aún en esta etapa post-pandemia pues sus precios se han duplicado en el mercado mundial. Veamos esto más de cerca para luego entrar a discutir una solución a este grave problema.

En las bases de la licitación de los fosfatos, Proinversión estableció que los postores podían ofertar lo siguiente: 1) hacer operaciones de minado y exportar la roca en bruto; 2) exportar productos intermedios (plantas de acidulación); 3) hacer plantas de ácido fosfórico y/o de fertilizantes fosfatados, lo que incluye la infraestructura para tales operaciones. La compañía minera Miski Mayo (la brasilera Vale do Rio Doce), que ganó la buena pro, optó por la exportación de roca fosfórica, porque en la “lógica” neoliberal, el postor privado “sabe” cuál es la mejor modalidad de asignación de los recursos, ya que el Estado “no sabe nada” porque el Estado es “siempre parte del problema”, nunca de la solución. 

Más adelante, en marzo del 2010, Vale vendió el 35% y el 25% de Miski Mayo, respectivamente, a Mosaic (EEUU) y Mitusi (Japón) por US$ 385 y US$ 275 millones, por un total de US$ 660 millones (100 millones más de lo que invirtió).  Y se quedaba aún con el 40% de las acciones, además de mantener el 51% de las acciones con derecho a voto.  En el 2014, Vale vendió el 40% de sus acciones a Mosaic, empresa que ahora tiene el 75% de las acciones, mientras que Mitusi sigue con el 25%.  Por la venta de sus acciones, la brasileña Vale ha tenido una ganancia de capital (que es la diferencia entre el valor de la empresa y el precio de venta). Queremos creer que Vale ha pagado a la SUNAT el impuesto a las ganancias de capital, como lo ordena la Ley 29757 de julio del 2011. Las comunidades de Sechura tienen diferencias importantes con la empresa Miski Mayo, sobre diferentes temas, tanto económicos como sociales, Como consecuencia de estas transacciones qué o cuánto ganó el Perú, al parecer nada de nada.

El Perú es importador neto de fertilizantes, principalmente de úrea, seguida del DAP. En el 2019 se importaron US$ 399,000 toneladas de úrea por un valor de US$ 118 millones y 190,000 toneladas de DAP por US$ 73 millones. Desde el 2005 la importación de fertilizantes ha crecido enormemente, tanto por la expansión de la producción para el mercado interno, como por las exportaciones no tradicionales (espárragos, mango, cebolla, uvas, entre otros). Así, las importaciones de todo tipo de fertilizantes (urea, DAP, nitrato de amonio, sulfato de amonio) bordean el millón y medio de toneladas anuales, por valores cercanos a US$ 400 millones. Y van a seguir creciendo porque se están ampliando las áreas de cultivo a partir de nuevos proyectos de irrigación y la ampliación de los existentes (Olmos, Chavimochic, Chira-Piura, Majes-Siguas, entre otros). 

La producción nacional de fertilizantes fosfatados tendría incidencia directa en la reducción de los precios, mejorando la productividad y competitividad de la agricultura, tanto tradicional como no tradicional. La primera ganancia se da por la reducción del flete (se estima en US$ 50/TM). La segunda puede darse por el aumento de la competencia en un mercado muy concentrado: tres empresas tienen el 80% del mercado (Molinos 36%, Farmex/Inkafert 10% y Misti 32%).

Los problemas se han agravado ahora que ha terminado la pandemia y se ha recuperado el crecimiento de la economía mundial (si ésta será duradera, aún está por verse. ¿Por qué? En primer lugar, porque no solo han subido los precios de los alimentos que importamos (maíz amarillo duro para el pollo; soya para el aceite; trigo para la harina, el pan y los fideos). También han subido los precios de los fertilizantes que importamos, tanto la úrea como el MAP y el DAP (ver Gráfico). No solo eso. Los pronósticos de las agencias internacionales dicen que estas alzas se prolongarán hasta bien entrado el 2022.

Actualmente, Miski Mayo está produciendo algo más de 4 millones de toneladas anuales de roca fosfórica, según lo declara el Presidente de Miski Mayo. Añade el Presidente que “las rocas que se explotan en Bayóvar se consumen y se procesan en EEUU”. Añadimos nosotros: lo más probable es que también esas rocas procesadas regresen al Perú como DAP, a los altos precios internacionales que rigen ahora. Ello nos lleva a pensar que debe renegociarse el contrato del 2005 con la empresa Mosaic para plantearle la construcción de una planta de DAP en el Perú. Ello es posible por las siguientes razones: 

1.      Para producir un (1) millón de toneladas anuales de DAP se necesita entre 1.5 a 2 millones de toneladas de roca fosfórica. Como aquí se extraen más de 4 millones de toneladas de roca, se podrían producir 2 millones de toneladas de DAP. Esta capacidad de producción podría ser muy alta y debiera ser analizada por los expertos en la materia. 

2.      Cada tonelada de DAP necesita 0.4 toneladas de ácido sulfúrico. Pues bien la Refinería de Talara, que comienza su producción de 95,000 barriles diarios a fin de año, producirá también 560 toneladas diarias de ácido sulfúrico. 

3.      Cada tonelada de DAP necesita 0.2 toneladas de amoníaco. El principal insumo (más del 80’%) para producir amoníaco es el gas natural, que también se encuentra en cantidades importantes en los campos de Talara.

Además también se puede exportar DAP a los países vecinos. En efecto, aparte de Bayóvar no existen yacimientos de roca fosfórica en la costa occidental de América del Sur (Brasil sí tiene reservas de roca fosfórica), estando “los más cercanos” en Marruecos y China. Las importaciones de DAP de países de la Región (incluyendo a Perú), ascienden a 1.293 millones de toneladas (ver cuadro #2). Claro, ese es un monto máximo, que deberá ser analizado en un estudio de mercado y otro de factibilidad. 

Según Campodónico, es clave un análisis de conjunto para tener una planta de DAP en el Perú. La metodología para su impulso y de la renegociación contractual debe aún discutirse pero podría incluir una participación del Estado peruano en el accionariado de la planta de fertilizantes y, claro está, precios preferenciales para los agricultores peruanos. Para poder hacerlo, es preciso quitarse el chip de la subsidiariedad del Estado, que está en el artículo 60 de la Constitución de 1993. La salud y alimentación de millones de peruanos y peruanas está primero. Señala además  que:  “Desde el 2005 la importación de fertilizantes ha crecido enormemente, tanto por la expansión de la producción para el mercado interno, como por las exportaciones no tradicionales espárrago, mango, cebolla, uvas, entre otros). Así, en el 2012 la importación de todos los tipos de fertilizantes (urea, fosfato diamónico, nitrato de amonio, sulfato de amonio) llegó a 900 mil toneladas por un valor de US$ 400 millones. Y van a seguir creciendo porque se están ampliando las áreas de cultivo a partir de nuevos proyectos de irrigación y la ampliación de los existentes (Olmos, Chavimochic, Majes-Sihuas, Chira-Piura, entre otros)

Concluimos diciendo que los inmensos yacimientos de fosfatos de Bayóvar se están exportando como roca fosfórica, materia prima, desde el 2010 pero se están exportando en su totalidad. Constituyen recursos no renovables que pueden usarse como fertilizantes de aplicación directa en nuestro país, ya que una de las ventajas de este producto es su solubilidad, lo cual ayuda a que las plantas absorban rápidamente el mineral en forma de ion fosfato P2O5.  Así también, los fosfatos de Bayóvar pueden servir como materia prima para la producción de ácido fosfórico, que sirve para fabricar una familia de fertilizantes muy importante a nivel mundial que incluye al fosfato monoamónico (MAP), fosfato diamónico (DAP), superfosfato triple (TSP) y superfosfato simple (SSP).

Estos fertilizantes, junto con la urea, el nitrato de amonio, el sulfato de amonio y el cloruro de potasio, constituyen la gran familia de fertilizantes NPK, muy requeridos como abonos en los campos agrícolas, debido a que contienen nitrógeno, fósforo y potasio.  En adición a la obtención de fertilizantes, una transformación de los fosfatos obtenidos de la roca fosfórica lleva a la obtención de numerosos productos como es el caso de plastificantes, rellenos de detergentes, ablandadores de agua, insecticidas, aditivos de productos petroleros y metalúrgicos, etc.  Todas estas aplicaciones llevan a proponer que una parte de dichos fosfatos se queden en el país para su transformación y para contribuir a la industrialización del Perú, de manera similar a como se quiere industrializar el gas de Camisea.

La industrialización de fosfatos en el Perú desde debe tener en cuenta varios aspectos importantes para beneficiar al país y a su población. Aquí presento algunas consideraciones clave:

1.             Soberanía y control estatal: Desde una perspectiva de soberanía nacional, es fundamental que la industrialización de los fosfatos se realice bajo el control y la supervisión del Estado peruano. Esto implica establecer regulaciones y políticas que garanticen la protección de los recursos naturales del país y eviten la explotación excesiva o descontrolada.

2.             Beneficios para el país: Las concesiones de los recursos naturales, deben tener condicionantes de tiempo y beneficios para el país. Debe ser explicado al país ¿Porque pequeñas inversiones sobrevalorizan las reservas y son motivo de compra venta en el mercado como si fueran de su propiedad sin beneficios aparentes para el Estado salvo ridículas comisiones? Es necesario revisar esos contratos lesivos y promover su estatización por tener carácter estratégico.

3.             Desarrollo de la cadena de valor: La industrialización de los fosfatos no debe limitarse a la simple extracción y exportación de materias primas. Es importante fomentar la creación de una cadena de valor agregado que incluya procesos de refinamiento, producción de productos químicos y fertilizantes, y la promoción de la investigación y desarrollo de tecnologías relacionadas. Esto permitirá generar empleo local, aumentar el valor de los productos exportados y fortalecer la economía nacional.

4.             Impulso a la inversión nacional: Desde una perspectiva nacionalista, es deseable promover la participación de empresas nacionales en la industrialización de los fosfatos. Esto puede lograrse a través de incentivos fiscales, facilidades para acceder a financiamiento y la implementación de políticas que favorezcan la participación de empresas locales en la cadena de suministro.

5.             Transferencia de tecnología: Es importante asegurar que la industrialización de los fosfatos no se limite a una simple extracción y exportación de materias primas, sino que también impulse el desarrollo tecnológico en el país. Esto implica fomentar la transferencia de conocimientos y tecnologías avanzadas a través de asociaciones estratégicas con empresas extranjeras, universidades y centros de investigación. De esta manera, se fortalecerá la capacidad tecnológica y científica nacional, lo que contribuirá a la competitividad y sostenibilidad de la industria de los fosfatos en el Perú.

6.             Responsabilidad ambiental y social: La industrialización de los fosfatos debe realizarse de manera responsable y sostenible, considerando los impactos ambientales y sociales. Es necesario establecer regulaciones y normativas estrictas para garantizar la protección del medio ambiente, la conservación de los ecosistemas y el respeto a los derechos de las comunidades locales. Además, se debe promover la participación activa de la sociedad civil y las comunidades afectadas en el proceso de toma de decisiones y la gestión de los proyectos relacionados con los fosfatos.

Estas son solo algunas consideraciones clave para la industrialización de fosfatos de Bayóbar desde una perspectiva de soberanía nacional y de cambio social. Es importante destacar que cualquier enfoque de desarrollo industrial debe tener en cuenta los diversos aspectos políticos, económicos, sociales, ambientales y principalmente de seguridad alimentaria para lograr un equilibrio que beneficie al país en su conjunto.

BIBLIOGRAFIA

CAMPODONICO H., (2021). “Fertilizantes baratos en Bayóvar, Blog; Otra Mirada. Referencia: https://otramirada.pe/bayovar. Lima 2021.

CNCF. (2019)  “Plan Nacional de COMPETITIVIDAD Y PRODUCTIVIDAD 2019-2030”.  Consejo Directivo del Consejo Nacional de Competitividad y Formalización Documento Resumen. Lima 2019. Referencia: https://www.mef.gob.pe/concdecompetitividad/Plan_Nacional_de_Competitividad_y_Productividad_PNCP.pdf

MORALES J.E. (2021) “Alcaldes de Sechura exigen revisión del contrato Bayóvar que facilite la producción de fertilizantes”. Multivalú. Referencia: https://www.cutivalu.pe/alcaldes-de-sechura-exigen-revision-del-contrato-bayovar-que-facilite-la-produccion-de-fertilizantes/

 

 

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