Recientemente el estratega Anthony
Cordesman, del influyente Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales
(CSIS) estadounidense, ha escrito lo que todos sabemos.
Una victoria militar del pueblo de Siria
conducido por su heroico presidente Bashar Al-Assad sobre la horda degenerada
financiada por las petromonarquías y respaldada por Washington, sería un
reforzamiento del Frente de la Resistencia en Oriente Medio y grave peligro
para los estados marionetas de Occidente, como lo son Israel, Turquía y Jordania.
Es por eso que el presidente Barack
Obama no renuncia a una guerra abierta contra este país martirizado desde hace casi
tres años. Los comités de la Cámara de Representantes y el Senado de Estados
Unidos han aprobado armas para los terroristas que luchan contra Siria.
No es un cambio radical porque de hecho
lo vienen haciendo desde el principio. The New York Times afirma que EEUU se
contentaría con una Siria fragmentada en pequeños paisitos, algunos en manos de
criminales como los que han instalado en Kosovo, Libia o Afganistán, y otros
liderados por Al-Assad.
Es decir, la lucha y victoria del
Ejército sirio les ha hecho renunciar a un aplastamiento de las fuerzas
democráticas y antiimperialistas sirias.
El general Martin Dempsey, jefe del
Estado Mayor Conjunto, ha escrito al senador demócrata Carl Levin sobre los
costos de una intervención militar contra Siria.
Tal
intervención llevaría al choque inmediato con Siria, Hezbollah, Irán y Rusia, y
sería el inicio de la III Guerra Mundial.
Siria sigue necesitando solidaridad, y
la coyuntura con la caída de los Hermanos Musulmanes en Egipto y el
debilitamiento de Erdoğan le favorece. Nuestro Comandante supremo no hubiese
dejado pasar la ocasión en su cumpleaños de recordarnos la solidaridad con
Siria.
OPINIÓN
MIKEL KOBA
Caracas
CORREO del ORINOCO
La artillería del pensamiento
Nº 1.395 MIÉRCOLES 31 DE JULIO DE 2013
Pág. 14 Multipolaridad
Nota del Blog:
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