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El Mundo al Día | Posta Porteña 2061
EL NUEVO MUNDO SURGE ANTE NOSOTROS
Por Pablo Hernández Parra
Thierry Meyssan señala la extrema importancia, no de la retirada
estadounidense de Siria sino del derrumbe de los puntos de referencia
actuales del mundo
Estima que estamos entrando en un corto periodo de transición en
el cual los que hoy controlan los acontecimientos, que son los
«capitalistas financieros» –aunque los actores que designa de esa
manera no tienen nada que ver con el capitalismo original
ni tampoco con la banca original– van a ser apartados en beneficio de
las reglas de derecho que Rusia enunció… en 1899
Estamos viviendo algo que sólo se ve una o dos veces cada 100
años. Está surgiendo un nuevo orden mundial y todas las referencias
anteriores desaparecen. Los que antes fueron increíblemente
vilipendiados ahora triunfan mientras que los que solían dictar
su voluntad están en pleno descenso al infierno. Es cada vez más
evidente que las declaraciones oficiales y las interpretaciones que los
periodistas divulgan ya no corresponden a los hechos. Los
comentaristas tendrán que cambiar de discurso, rápida y radicalmente,
o van verse barridos por el remolino de la Historia.
por Thierry Meyssan
En febrero de 1943, la victoria soviética ante la invasión nazi
cambió el curso de la Segunda Guerra Mundial. A partir de ese hecho, lo
que vino después ya era inevitable. Pero todavía hubo que esperar que
tuvieran lugar el desembarco anglo-estadounidense
en las playas de Normandía –en junio de 1944–, la conferencia de Yalta
–en febrero de 1945– y la capitulación del Reich –el 8 de mayo de 1945–
para finalmente ver el nacimiento del mundo nuevo.
En un solo año, el Reich nazi había perdido su lugar y se veía
reemplazado por nuevas potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética.
En aquel mundo nuevo, el Reino Unido y Francia, que 12 años antes aún
eran las dos primeras potencias mundiales,
quedaban como espectadores del proceso de descolonización de sus
respectivos imperios.
Hoy estamos viviendo un momento similar.
Cada periodo histórico tiene su propio sistema económico y
construye una superestructura política destinada a proteger ese
sistema. Al final de la guerra fría y con el derrumbe de la URSS, el
presidente Bush padre desmovilizó un millón de militares
estadounidenses y confió la búsqueda de la prosperidad a los
dirigentes de las grandes transnacionales. Estos últimos se aliaron al
dirigente chino Deng Xiaoping y trasladaron grandes cantidades de
empleos estadounidenses a China, país que se convirtió
así en la gran fábrica del mundo. Pero, lejos de ofrecer prosperidad a
sus conciudadanos, los dirigentes de las transnacionales acapararon sus
ganancias, provocando la lenta desaparición de las clases medias en
las naciones de Occidente.
En 2001, financiaron los atentados del 11 de septiembre para
imponer al Pentágono la estrategia Rumsfeld/Cebrowski de destrucción de
los Estados . El presidente Bush hijo transformó entonces el «Medio
Oriente ampliado», o «Gran Medio Oriente» en campo
de batalla de una «guerra sin fin»
La liberación en una semana de una cuarta parte del territorio
nacional sirio no es sólo la victoria de Bachar al-Assad, el presidente
sirio que desde hace 8 años «tiene que irse». Es también el fracaso de
la estrategia militar tendiente a instaurar
la supremacía del capitalismo financiero. Ha sucedido lo que parecía
inimaginable. El orden mundial se ha modificado y la subsiguiente
secuencia de acontecimientos es inevitable.
La fastuosa acogida al presidente ruso Vladimir Putin en Arabia
Saudita y en Emiratos Árabes Unidos es una muestra del espectacular
cambio de posición de las potencia del Golfo Arábigo-Pérsico, que ahora
se pasan al bando ruso.
La también espectacular redistribución de las cartas en Líbano es
igualmente muestra del mismo fracaso político del capitalismo
financiero. En un país dolarizado donde desde hace un mes ya no se
encuentran dólares, donde los bancos cierran sus puertas
y se limitan las extracciones de dinero que los clientes pueden
realizar, las manifestaciones anticorrupción no podrán detener la caída
del orden anterior
Los estertores del orden agonizante se hacen sentir por todas
partes. En Ecuador, el presidente Lenín Moreno atribuye a su predecesor
Rafael Correa –quien vive en Bélgica– y a un símbolo de la resistencia
frente a la explotación financierista –el presidente
venezolano Nicolás Maduro– la responsabilidad de haber organizado lo
que en realidad es un levantamiento popular contra las medidas del
capitalismo financiero.
El Reino Unido ya retiró de Siria sus fuerzas especiales y ahora
está tratando de salir del Estado supranacional que es la Unión
Europea. Después de haberse planteado la posibilidad de conservar el
Mercado Común (el proyecto de Theresa May), el Reino
Unido decide romper con toda la construcción europea, conforme al
proyecto de Boris Johnson. Mientras tanto, después de los errores de
los ex presidentes Nicolás Sarkozy y Francois Hollande, a los que se
agregan ahora los errores del presidente Emmanuel
Macron, Francia pierde súbitamente toda credibilidad e influencia.
Por su parte, los Estados Unidos del presidente Donald Trump
dejan de ser la «nación indispensable», el «policía del mundo» al
servicio del capitalismo financiero para tratar de convertirse
nuevamente una gran potencia económica
Así que Estados Unidos retira su arsenal nuclear de Turquía y se
dispone a cerrar el CentCom en Qatar mientras que todos reconocen a
Rusia como la potencia «pacificadora» que hace prevaler el derecho
internacional que ella misma había creado cuando
convocó –en 1899– la «Conferencia Internacional por la Paz» de La
Haya, cuyos principios los miembros de la OTAN han venido pisoteando.
La Segunda Guerra Mundial puso fin a la Sociedad de las Naciones
para dar paso al nacimiento de la ONU. De la misma manera, este mundo
nuevo creará probablemente una nueva organización internacional basada
en los principios de la Conferencia de 1899,
realizada en La Haya por iniciativa del zar Nicolás II y del premio
Nobel de la Paz León Bourgeois. Para eso, primero habrá que disolver la
OTAN, que tratará de sobrevivir extendiéndose al Pacífico, y también la
Unión Europea, convertida en refugio del
capitalismo financiero.
Tenemos que comprender bien lo que está sucediendo. Estamos
entrando en un periodo de transición. Lenin decía, en 1916, que el
imperialismo era la fase suprema de la forma de capitalismo que
desapareció con las dos Guerras Mundiales y con la crisis
bursátil de 1929. El mundo de hoy es el mundo del capitalismo
financiero, que arruina una por una las economías nacionales
favoreciendo únicamente a unos pocos súper ricos. Su fase suprema
suponía dividir el mundo en dos partes, poniendo de un lado los
países estables y globalizados y del otro lado vastas regiones del
mundo sin Estados, reducidas a servir únicamente como “reservas” de
materias primas.
Ese modelo, rechazado tanto por el presidente Trump en Estados
Unidos, como por los «Chalecos Amarillos» en Europa occidental y por
Siria en el Levante, es el modelo que hoy agoniza ante nosotros
-.o0o.-
Les anexo el reciente artículo de Thierry Meyssan, director de
Red Voltaire, me gustaría conocer la opinión y comentario sobre el
mismo. Esta visión es importante dentro de la geopolítica mundial hoy,
con repercusiones directa en Venezuela
y Suramérica. Propongo con los interesados abrir un debate sobre el mismo. Si alguien crea un grupo para ello sería importante.
Saludos P.H.Parra
Comunicate
de: Info Posta <>
responder a: Info Posta <vamosquevamos@infoposta.com.ar>
fecha: 29 oct. 2019 22:24
enviado por:
infoposta.com.ar
firmado por:
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COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
7 de noviembre de 2019
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