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Nuestra América Nativa. Trotskismo Argentino
UNA DERROTA HISTÓRICA.
BALANCE DEL DESPLOME ELECTORAL
DEL TROTSKISMO ARGENTINO
Por Guido Lissandrello/RyR
Grupo de Investigación de la Izquierda argentina -El Aromo n° 108/30 oct., 2019
El derrumbe electoral del trotskismo argentino llegó esta semana a
su piso más bajo. Mire por donde se lo mire, asistimos a una derrota
estrepitosa, un verdadero desastre que amerita una autocrítica seria y
un accionar en consecuencia
La estrategia electoralera de un frente que nació con el pie
izquierdo y no hizo más que degradarse año a año, mostró ya su completa
inutilidad. Se ha entregado todo:el programa, los principios,
construcciones históricas, una importante masa de valiosos
militantes.Todo eso, para nada. Absolutamente nada.
Lo que podía haber sido en sus orígenes el germen de un gran
partido revolucionario en la Argentina, por estrechez de miras de sus
direcciones, se pervirtió y convirtió en lo peor. Ya ni siquiera podemos
decir que el FIT incubó un Podemos argentino,
porque eso conlleva una serie de ambiciones de la que la dirigencia
trotskista carece. Estamos ante un engendro que solo proyecta
personalidades individuales (Nico, Myriam, Néstor) y que, aún rifando
todo para ello, no consigue nada. Veamos, entonces, el cuadro
de situación.
Una campaña vergonzante
La campaña para los comicios generales mostró que el
electoralismo del trotskismo no toca fondo. El desastre de agosto llevó
al FITU, no al replanteamiento de su campaña y a un balance serio sobre
su actividad,
sino a un mayor parlamentarismo.
Hizo punta Solano, el día después de las PASO, mendigando los
votos de Luis Zamora para “pelear un diputado nacional más”. Dobló la
apuesta Myriam Bregman, decidida a conseguir una banca a como dé lugar.
No hay demasiado con que especular, sus spots
son suficientemente claros: “Votame”. ¿Por qué? “porque la izquierda
tiene que estar”. ¿Para qué? No sabemos. Sí sabemos por qué de fondo la
acompaña una tijera. Ese detalle complementa otros flyers que piden
cortar boleta. El PTS así llamó a votar contra
sí mismo y apeló al electorado K, al que le dijo que ya ganó y que, por
lo tanto, puede regalarle una banca a la izquierda.
En paralelo,apeló al voto de los pañuelos verdes, que ya no le
había funcionado a Manuela Castañeira del NMAS. Aglutinó para ello, a
toda una serie de artistas burgueses, que nada tienen que ver con la
batalla por el socialismo, y que simplemente la
apoyaron por este motivo. Después se preguntan porque en contexto de
“polarización”, se les fugan votos al kirchnerismo. Si así los juntan…
No faltó tampoco la apelación al voto fumón, con la
consigna de legalización de la marihuana, problema nodal de la clase
obrera en el contexto actual de ajuste bestial y profunda degradación de
nuestras condiciones de vida… Ni que decir de las
“agudas” discusiones de Nico y Myriam con los youtubers de moda.
El PO apostó a una campaña de idéntico tenor, exaltando esta vez
la figura de Pitrola, con un spot que muestra “toda una vida dedicada a
la defensa de los trabajadores”. Allí el
luchismo encubre mal un personalismo en toda la regla. En este
punto, es notable como quedó relegada a un segundo plano Romina Del Pla y
como fue completamente ignorado en la campaña el hecho de que es la
secretaria general del SUTEBA Matanza, principal
opositora a Baradel. Parece que el criterio es no enojar al electorado K
y presentar un perfil “responsable”
El resultado no es más que la degradación cada vez más profunda de la izquierda trotskista.
La respuesta frente a un electoralismo cada vez menos exitoso (si es
que alguna vez lo fue…), no es más que la agudización del electoralismo.
De las campañas
sindicaleras (2011-2013) a las campañas posmodernas y marketineras
(2015 y después), al personalismo completamente vacío de todo contenido.
Todo esto en un cuadro de crisis económica gravísima, con un 2001 a
punto de explotar en cualquier momento.
La fría realidad
Veamos los números. Lo primero que hay que decir es que hubo una
caída en relación a los votos obtenidos en las PASO. No sorprende, es lo
que habían anticipado ya varias elecciones provinciales. En la
categoría presidencial, se había alcanzado el 2,86%
(697.748 votos), mientras que ahora ese porcentaje se redujo al 2,16%
(561.214 votos). En poco más de dos meses, se perdió casi un 20% de los
votos. El panorama legislativo no es mejor. En diputados nacionales, se
pasó del 3,15% (759.029 votos) al 2,98% (741.229
votos). En este rubro, se rifaron casi 18.000 votos. Sin embargo, el
retroceso es aún mayor si se tiene en cuenta el caudal electoral del
Nuevo MAS, que no pasó las primarias en ningún rubro. Sus 173.582 votos
presidenciales y los 136.322 votos legislativos
se perdieron. Calibrado de este modo, el retroceso del trotskismo
electoral es del
35% (310.116 votos menos) a nivel presidencial y del 17% (154.122 votos menos) en diputados.
El cuadro es aún peor si se lo pone en perspectiva histórica. Esta semana asistimos al peor desempeño electoral desde la creación del FIT.
Sí, peor que la primera elección allá en 2011. En aquel año se había
obtenido un 2,3% (503.372 votos), es
decir 0,14 puntos porcentuales más. No es gran diferencia, incluso en
cantidad de votos fue superior la actual, pero da cuenta de un retroceso
importante tras 8 años de existencia.
En la categoría legislativa, en el año del bautismo del FIT se
habían obtenido 574.510 votos, un guarismo inferior al actual, 2,8%. La
brecha se acorta si sumamos los votos del MST en 2011, que ahora se ha
integrado al frente. Eso nos da 617.676 votos
en aquel año, que representan un 3%. Es decir, en esta categoría
también se ha hecho una peor elección.
Dos comparaciones más. Primero, la mejor elección del
frente: las legislativas de 2013. Allí se obtuvieron 1.308.669
(1.211.252 del FIT y 97.417 del MST), lo que arrojaba un porcentaje del
orden del 5,75%. En comparación con los comicios actuales,
se perdió poco más del 40% de los votos. Recordemos que fue el año en
que se produjo el derrumbe del kirchnerismo, que pasó del famoso 54% al
28%. Aunque con un mejor desempeño que el actual, la izquierda electoral
mostraba sus dificultades para ser un canal
de expresión del descontento de la clase obrera. Segunda comparación:
2015, las últimas presidenciales. Acá la caída fue del 30% en ejecutivo
nacional (812.530 votos, 3,23%) y del 25% en diputados (982.953 votos,
4,19%).
Habría que agregar que se esfumaron todos los “batacazos” provinciales,
esos que se consiguieron y se perdieron sin saber por qué: Salta “la
troska”, el “vilcazo” de Jujuy o la “gran elección” de Mendoza. A su
vez, es el primer comicio desde 2013
en el que no ingresan diputados nacionales. Hace rato quedaron atrás
los tiempos en los que se obtenían parlamentarios por Mendoza y Salta. Y
ahora se suma la imposibilidad de obtenerlos por Buenos Aires, cuando
se había llegado a ingresar dos diputados en
esa jurisdicción. Sumemos a esto que hay cuatro provincias en las que
en 2017 se superaron las PASO y ahora no: Santiago del Estero, Misiones,
Formosa y Chaco. Esta última, había dado lugar a la consagración del
hombre de la bicicleta, Aurelio Díaz, como diputado
provincial con un guarismo cercano al 5% en 2017. Hoy ya no llega al
1%. Digamos, por último, que en seis provincias el FITU quedó detrás de
Espert /1 y en dieciséis detrás de Gómez Centurión/ 2
En resumidas cuentas, un completo desastre
Mención aparte merece el desempeño electoral de “La Rusa”. Como
dijimos antes, la campaña del FITU se concentró principalmente en su
figura, apostando al corte de boleta K. Si bien no alcanzó sus
objetivos, porque efectivamente se quedó fuera del parlamento,el
auditorio kirchnerista la vio con buenos ojos, lo cual no es nada bueno
si lo que se pretende es una construcción revolucionaria. En efecto,
para la categoría diputados de Capital Federal se obtuvo un 6,12%
(119.936 votos), una de las mejores elecciones en
este punto. Lo cierto es que el corte de boleta fue evidente si se lo
compara con los guarismos que en el mismo distrito cosecharon Del Caño
(2,92%, 58.040 votos) y Solano (3,65%, 70.793 votos). De todos modos,
fue todo en balde. A Myriam solo le quedó el
consuelo de Grabois, que le dedicó un tweet de felicitación por el
esfuerzo /3
No, no, no
El FITU se comporta como un niño enojado que repite una y otra
vez sus caprichos. Sus balances hacen oídos sordos a los datos más
elementales de la realidad. Naturalmente, jamás se puede superar aquello
que se niega. De allí la pendiente de degradación
que ha venido recorriendo el frente.
Tras conocerse los resultados, el PTS destacó que se trató de una
“importante” elección/ 4 No sabemos muy bien qué significa eso.
Nobleza obliga, se abstuvieron de hablar de una “gran” elección,
que venía siendo su muletilla hace rato. Pero lo cierto es que se niegan
una y otra vez a reconocer lo obvio, el retroceso enorme. Del Caño
señaló que fue “similar a otras elecciones destacadas
del Frente de Izquierda”, pero se olvidó de decir que solo es
asemejable a la primera elección del frente, y que eso no es nada bueno
después de ocho años
Como siempre, insistió en la “polarización” que “perjudicó
a las terceras fuerzas”. El PTS y el conjunto del FITU, parece no
advertir que la polarización no es una simple imposición de los partidos
patronales mayoritarios, sino que es el resultado
de sus propias falencias. Nadie impidió que el frente fuera una opción
electoral, o mejor dicho, no lo contemplaron como tal enormes fracciones
de la clase obrera. La “polarización” es resultado de ello. Tampoco
parecen advertirse que en un cuadro de este
tipo, presentar como un dato auspicioso el ser tercera o cuarta fuerza
nacional es ridículo, porque estamos hablando de candidatos que se
reparten el 10% del electorado.
Se podrá ser tercero o cuarto, pero ahí no hay ninguna “fuerza”
Los balances del MST y de IS no fueron muy diferentes. Sí merece
destacarse el del PO, por su sinceridad. En una declaración el partido
señaló: “El cuadro de polarización afectó la votación del Frente de
Izquierda Unidad. El corte de boleta en favor
de los cargos legislativos expresa que parte de la base del Frente de Izquierda se volcó al peronismo para garantizar la derrota de Macri.” /5
Lo interesante es este último punto. El partido comandado ahora
por Solano y cía., reconoce que perdió una porción importante de sus
votantes a manos del kirchnerismo. Esto viene a mostrar que
efectivamente
el abandono del socialismo en la agitación, la ausencia de un
programa de gobierno propio, la adopción de consignas reformistas y la
adaptación al clima ambiente “antimacrista”, no sirvieron para nada.
En situaciones de crisis, cuando hay que castigar a los
responsables inmediatos del ajuste, la clase obrera no piensa en la
izquierda trotskista. Y esto no es resultado de una incapacidad de la
clase, sino de sus direcciones, que no se presenta realmente
como alternativa. De allí que variantes burguesas se vayan alternando,
mientras una y otra descarga el ajuste, se desgasta y luego vuelve
cuando se quema su opositor. Vamos de variante burguesa en variante
burguesa y de ajuste en ajuste. Y así vamos a seguir
hasta que no se desarrolle una alternativa realmente independiente y
socialista. Está claro que de esta banda de arribistas buscabancas, no
se puede esperar nada. Son los mariscales de la derrota
Esto que está hoy, yo ya lo vi
Interesa un balance realizado por una fuerza que se plantea con
cierta externalidad al FITU, aunque lo gestó, lo siguió apoyando y llamó
a votarlo.
Nos referimos a la Tendencia del Partido Obrero, encabezada por Jorge Altamira /6
Allí se concluye que el frente es una “fuerza políticamente
agotada”, que dio un “abordaje electoral a una situación catastrófica”,
de modo que no construye así una “dirección socialista”.Lo primero que
cabría preguntarse es porque la Tendencia apoyó
esta construcción. Es de público conocimiento los esfuerzos que
hicieron por fiscalizar las elecciones, aún con la negativa del PO
oficial a cuestas. No se puede invocar ningún principismo si se cree
realmente en las caracterizaciones que se presentan. Quien
busca darle un cauce electoral a una crisis “catastrófica”, no puede
ser apoyado. Al contrario, debe ser denunciado abiertamente. La
Tendencia no es consecuente con lo que dice.
Pero la cosa es peor. Lo que Altamira oculta es su propio papel en esta orientación.
No es difícil ver los motivos. A principio de año, percibió el
desbarranque del FIT con las primeras elecciones provinciales. En el
marco de la interna que se
daba en el partido al menos desde 2015, cuando su orientación electoral más sindicalera perdió a manos del juvenilismo posmoderno de Del Caño, aprovechó la situación para bajarse del barco a tiempo.
Ahora, quiere correr por izquierda, acusando de electoralista, a los dirigentes de su partido, que el mismo formó.
Porque eso hay que decirlo claramente. Quienes hoy detentan la
dirección del PO, no son unos arribistas que lo tomaron por asalto.Son
militantes
históricos formados por el propio Jorge, fueron durante muchos años su
segunda línea
Dicho esto, lo más importante aquí es que la orientación
electoralera la construyó Altamira mismo. Basta recordar que en 2011, de
la mano de Jorge Rial se sumó a la campaña “Un milagro para Altamira”.
Por aquel entonces decía:
“Me da la sensación de que el pueblo argentino necesita objetivos
altruistas. Creo que se generó una ola de simpatía a la candidez de
nuestra propuesta, centrada en conseguir 400 mil votos por una reforma
que consideramos proscriptiva, frente a la omnipotencia
de la política tradicional. Creo que Rial supo captar eso. Y
evidentemente, no se equivocó.” /7
No se ve allí ninguna campaña socialista, más bien una apuesta a
juntar votos con un lenguaje que no le envidia demasiado al PTS (la “política tradicional”).
En lugar de agitación socialista, se apeló al “altruismo” del “pueblo
argentino”, es
decir, a la caridad desinteresada. Cuando logró el “milagro”, celebró
al aire con Chiche Gelblung brindando con Dom Perignon. Como lo
señalamos oportunamente, los spots y materiales de campaña tampoco
agitaban una perspectiva socialista, sino que reproducían
consignas sindicales: salario mínimo igual a la canasta básica, 82%
móvil, etc.
Un reformismo poco audaz y siempre bajo un horizonte de miseria.
Tampoco le era ajena la apelación al votante K. Ese mismo año Jorge dijo: “A los que quieren defender el modelo, que voten a Cristina y para abajo a nosotros” (El Argentino, 24/07/2011). De te fabula narratur…
Nosotros oportunamente fuimos señalando todas estas críticas en
su momento. Jorge no puede alegar desconocimiento. Y bien vale
recordarlas, para tanto trasnochado que las descubre recién ahora, ocho
años después. En octubre de 2011, contra todo el exitismo
del “milagro”, decíamos lo siguiente:
“Las últimas elecciones no reportaron para el FIT ni para el
conjunto de la izquierda ningún resultado excepcional. El clima exitista
que se vivió en los primeros momentos sólo se justifica por el terror
que cundió en las filas de alguno de los miembros
del Frente luego de las elecciones en Capital Federal, cuando pareció
que se aproximaba un tsunami entre las urnas. En ese momento, todas las
discusiones sobre el “voto democrático” entre el PO (que lo rechazaba
agriamente) y el PTS (que lo defendía como necesidad
de la hora) se acallaron, y quienes más se oponían pasaron a ser sus
más fervientes defensores. Dicho de otra manera, una magra elección se
convirtió en un “triunfo” (que en la boca paroxística de Altamira
alcanzó ribetes de revolución mundial) simplemente
porque se pasó de la extremaunción al pulmotor, pasaje probablemente
ficticio porque, si bien se mira, ni está tan bien ni estuvo tan mal.
Simplemente, no estuvo.” /8
Y criticando ese voto democrático, decíamos:“De lo que se trata es de dejar de dar lástima y atreverse a llamar a las cosas por su nombre: Socialismo.”
Con esa línea batallamos e la Asamblea de Intelectuales de apoyo al FIT. ¿El resultado? Nos echaron. ¿Quiénes? El
PO. Hasta 2015 seguimos insistiendo con la necesidad de la
agitación socialista contra el democratismo, y apuntábamos a desarrollar
lo mejor del FIT, es decir, su potencial como germen de un partido
revolucionario que aglutinara a la vanguardia obrera
y revolucionaria. Jamás nos escucharon. Nos expulsaron y ningunearon
allí donde pudieron. Cuando ese año se produjo la interna en el frente, y
Altamira se jactaba de ganarla caminando en un 70/30, a la par que se
negaba a “demoler a Del Caño” en un debate
público, nuestro compañero Eduardo Sartelli advertía antes de las PASO:
“Detrás del ‘juvenilismo’ […] lo que se esconde es la apelación a
lo más atrasado de la conciencia que brotó del 2001. Es cierto que hay,
no una, sino por lo menos dos generaciones que se asoman a la política
fuera de la influencia histórica del peronismo
[…] Esos ‘jóvenes’ portan, por lo tanto, en un porcentaje muy elevado,
repito, una conciencia ‘vieja’. Lo nuevo es la militancia revolucionaria
que ha salido de esos grupos y que en todos los lugares donde hay lucha
aparece ligada a la izquierda, proceso al
que, obviamente, el PTS no es ajeno. A los primeros se los puede
interpelar como ‘jóvenes’, y es probable que, en el contexto de crisis
K, respondan a esa interpelación y el PTS gane la interna. A los
segundos, se los interpela como militantes revolucionarios.
Como son muchos menos que los anteriores, es probable que la lista del
PO pierda la interna. ¿Y cuál es el problema? Que habremos entregado el
destino del FIT, no a la vanguardia revolucionaria sino a la retaguardia
kirchnerista. El PTS sabe esto y no le da
vergüenza”./9
Dicho y hecho. El “joven” Del Caño “jubiló” a Altamira. De
nuevo, nadie nos escuchó. En ese momento, afloró la interna del PO de
la mano de quienes buscaban acoplarse a la orientación del PTS. Apenas
concluyó la elección, enviamos una carta abierta
al partido de Jorge, en la que decíamos:
“Llamamos al Partido Obrero a ejercer su responsabilidad de
dirección de las fuerzas revolucionarias del proletariado argentino,
tarea que debe asumir como derecho conquistado por una gloriosa historia
de lucha y como una obligación que deviene de ella
misma. Es su obligación rescatar al Frente de su liquidación,
convocando a un congreso de militantes de todas las organizaciones
participantes en las internas, para discutir el programa con el que se
irá a las elecciones de octubre, programa que deben respetar
todos los candidatos de la alianza, pertenezcan al partido al que
pertenezcan. Ese programa tiene que tener un contenido socialista. […]
Esperando haga honor a su historia y a su vocación revolucionaria, el
Partido Obrero tiene ahora la palabra. Se verá si
porta o no, voluntad de dirección o si se ha dejado ganar por el
derrotismo insulso de un episodio electoral sin importancia alguna.” /10
Los hechos actuales muestran que el partido, tanto su fracción
oficial como la Tendencia, no estuvo a la altura de los hechos.No faltó
quien le marcara que esta iba a ser la evolución. Altamira no quiso
hacer nada. Y así está postrado hoy el PO y el
FIT. Jorge no puede lavarse las manos. Por ser el más lúcido de toda la dirigencia trotskista, tiene la principal responsabilidad en lo ocurrido.
No va más
El balance esbozado por la Tendencia concluye: “La reconstrucción
de una izquierda revolucionaria es el asunto más urgente y estratégico
de la etapa que se ha abierto.”
Es completamente cierto. La clase obrera argentina necesita un
partido revolucionario. Es evidente, sin embargo, que este no emergerá
de quienes ya han mostrado claramente su fracaso.
El trotskismo, que hegemoniza la izquierda argentina desde hace casi 40 años, no está a la altura de la tarea.
No porque no sea capaz de juntar votos. Sino por lo que esa incapacidad
delata. Principalmente, la negativa a proclamar ante las masas aquello
que debiera ser su principal objetivo, el Socialismo, y su tendencia a conciliar con el peronismo.
Ya realizaremos un balance más profundo del trotskismo, pero por
lo pronto es necesario advertir que este problema ya está en el propio
Trotsky, en su menosprecio al trabajo en la conciencia y su reemplazo
por el luchismo
Es una tara congénita. Ya en el Programa de Transición se
advierte con claridad, cuando señala que “La Internacional Comunista ha
entrado en el camino de la socialdemocracia en la época del capitalismo
en descomposición, cuando a éste no le es
posible tratar de reformas sociales sistemáticas, ni de la elevación
del nivel de vida de las masas; cuando la burguesía retoma cada vez con
la mano derecha el doble de los que diera con la izquierda (impuestos,
derechos aduaneros, inflación «deflación», vida
cara, desocupación, reglamentación policíaca de las huelgas, etc.);
cuando cualquier reivindicación seria del proletariado y hasta cualquier
reivindicación progresiva de la pequeña burguesía, conducen
inevitablemente más allá de los límites de la propiedad
capitalista y del Estado burgués.”
Así, la conciencia brota espontáneamente de la lucha y el partido
solo se limita a conducir más que a dirigir. Detrás de ello asoma
también una concepción miserabilista según la cual la clase obrera nunca
estará preparada para entender ideas complejas
como las del socialismo. Es algo que analizamos ya en otro lugar/11
Todos los compañeros que se reclaman trotskistas tienen que
exigirles a sus direcciones explicaciones sobre lo actuado. Hay que
iniciar un proceso de discusión profunda. Los tiempos que se aproximan
requieren de claridad programática y estratégica. No
podemos seguir un rumbo que ya ha mostrado su fracaso. Invitamos a
todos los compañeros que honestamente creyeron encontrar la herramienta
revolucionaria en el FIT en particular y en el trotskismo en general, a
discutir con Razón y Revolución, a discutir con
quienes hemos denunciado desde temprano esta evolución de la izquierda
trotskista y hemos puesto en marcha una nueva izquierda.
Notas
1 Chaco, Corrientes, La Rioja, Misiones, Santa Fe y Tierra del Fuego.
2 Chaco, Corrientes, La Rioja, Misiones, Santa Fe, Tierra del Fuego, Chubut, Entre Ríos,
Formosa, Jujuy, Rio Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán.
6
https://www.facebook.com/jorge.altamira.ok/photos/a.793797304134466/1320392148141643/?type=3&theater
10 Ídem.
11
López Rodriguez, Rosana: “Alguien sabe demasiado…”, prólogo a Mandel,
Ernest: Crimen
delicioso. Historia social del relato policiaco, Ediciones ryr, Buenos
Aires, 2011. Sartelli, Eduardo y Rosana López Rodriguez: “Un largo y
sinuoso surco rojo”, en: Trotsky, León: Literatura y Revolución,
ediciones ryr, Buenos Aires, 2015.
Nota.. Énfasis del original
de: Info Posta <vamosquevamos@infoposta.com.ar>
responder a:Info Posta <vamosquevamos@infoposta.com.ar>
fecha: 1 nov. 2019 3:42
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7 de noviembre de 2019
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