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En verdad, ¡reflexionemos!
El Domingo, 27 de noviembre, 2016 21:03:26,
REFLEXIONEMOS
¿QUIÉN TIENE LA CULPA?
Diego C. Delgado Jara
PRIMER CASO:
Varios
países de Europa pusieron el grito en el cielo por la presencia de
cientos de miles de refugiados de Siria, Libia, Iraq, Afganistán, Yemen,
y otras nacionalidades, que llegaron cruzando el Mar Mediterráneo hasta
sus fronteras. Pero lo que no dicen esos países de la Comunidad
Económica Europea es que esos ciudadanos y sus familias huyen de la
guerra que precisamente fue desatada y propiciada por la OTAN y los
Estados Unidos para apoderarse del petróleo, gas y otros recursos de los
países agredidos.
Si
no hubiesen existido las guerras de agresión de los ejércitos y
aviación de la OTAN y de EE UU, para apoderarse del petróleo iraquí o
libio, o del gas afgano, entre otros casos, esos refugiados habrían
permanecido pacíficamente en sus casas y en sus países. Sin las guerras
de agresión nadie habría pensado en salir en forma angustiosa como
refugiados y llevando por tan dolorosos senderos a sus familias. Los
agresores y destructores de esos países de conducta imperial hoy se
rasgan las vestiduras de las consecuencias provocadas por ellos mismo.
¿Quiénes son los culpables y merecerían ser enjuiciados?
SEGUNDO CASO:
Varios
círculos de poder y sectores ciudadanos de los Estados Unidos hoy
lamentan, con toda razón, el triunfo de Donald Trump. Pero cabe recordar
que la dirección del Partido Demócrata, en conducta de la que no era
ajena la señora Hillary Clinton, maniobró y en forma nada limpia
bloquearon la elección del otro candidato demócrata, el señor Sanders,
que proponía el derecho a la educación y a la salud sin los actuales
costos excluyentes, y quien habría derrotado con facilidad al señor
Trump. Recordemos que varias figuras de la dirección del Partido
Demócrata renunciaron cuando les pillaron en su juego sucio contra
Sanders.
Pero
no fueron los únicos culpables. Trump ofreció dar trabajo y defender
las fuentes de empleo fabriles en los Estados Unidos acusando en forma
perversa que los culpables de que no exista trabajo eran los migrantes
que habían tomado las ubicaciones a las que debían acceder los
trabajadores blancos y residentes en los Estados Unidos. Falso, de
falsedad absoluta. Desde los EE UU salieron en las últimas dos décadas
345 mil fábricas a la República Popular China, 115 mil a la India, y 20
mil a los llamados dragones asiáticos, México, países de América Central
y África.
Los
responsables de la salida de las fábricas desde los EE UU fueron los
empresarios y accionistas de las multinacionales dueñas de las
factorías. Un obrero norteamericano gana 8 dólares la hora. En una
jornada de diez horas percibe 80 dólares. En 5 días tiene 400 dólares y
en 4 semanas al mes percibe al menos 1.600 dólares. Un obrero chino
tiene una remuneración mensual promedio de 60 dólares. 25 obreros chinos
ganan 1.500 dólares en conjunto, al mes. Con el equivalente a cuatro
obreros norteamericanos se pagan cien obreros chinos y hay un vuelto de
400 dólares adicionales. La confección de un par de zapatos Nike cuesta
de 32 a 34 dólares en Estados Unidos. En la China se reconoce que el
precio llega máximo a 8 o 9 dólares.
Es
verdad que hay mucho menos trabajo en los Estados Unidos, lo que ha
generado una penosa crisis para decenas de millones de familias
norteamericanas. Pero, ¿quiénes son los culpables? ¿Los empresarios o
dueños de las multinacionales, poseídos de una codicia insaciable y que
buscan en forma frenética mayor ganancias; o, como en forma infame se
acusa, los migrantes deseosos de sobrevivir y cuidar a sus familias?
Seamos justos en el análisis y determinemos las verdaderas
responsabilidades.
TERCER CASO:
El
gobierno norteamericano y sus grupos de poder corporativos (en ningún
caso el pueblo de los EE UU, que como todas las colectividades del
planeta es generoso, noble y magnánimo), impusieron durante décadas
dictaduras genocidas en América Latina y en El Caribe. En Nicaragua
tenía a los Somoza, a Rafael Leónidas Trujillo en la República
Dominicana, en Cuba al sargento Fulgencio Batista. Sanguinarios como
ellos solos. Pero en el caso de la Patria de José Martí se organizó su
juventud, se armó y sacó a balazo limpio a los sátrapas encabezados por
Batista. La juventud estaba incorporada al Movimiento 26 de Julio, en
homenaje a la fecha del año 1953 cuando asaltaron el Cuartel Moncada en
Santiago de Cuba. Los dirigía un abogado llamado Fidel Castro. Esa es la
historia que no cuentan y pretenden ocultar.
Los
revolucionarios cubanos llegaron al poder en enero de 1959 y, para
brindar recursos para educación y salud de su pueblo, nacionalizaron la
empresa Cubana de Teléfonos –que de cubana solo llevaba el nombre-, y
nacionalizaron las tierras e ingenios en manos de las multinacionales.
Entonces ardió Troya. Los gobiernos de EE UU decidieron financiar
agresiones militares y asfixiar económica y financieramente a la Isla de
José Martí. En los hechos mantenían un estado de guerra y todo el
tiempo saboteaban su economía incluso con virus y bacterias sobre su
población, su ganado y su agricultura, conforme lo reconoció la
comunidad internacional.
¿Por
qué no dejaron que los cubanos se organicen como les daba su soberana
voluntad? Pues no; decidieron bloquear su economía y expidieron leyes
mediante las cuales sancionaban a las empresas que negocien y
suministren alimentos o medicamentos a su población. Ni siquiera los
repuestos de vehículos o electrodomésticos podían llegar a la isla
cubana. Los buques que se acercaban a sus puertos no podían acoderar en
los puertos norteamericanos varios años. El bloqueo ha durado 56 años,
desde el año 1960 en forma ininterrumpida.
¿Cuánto
tiempo duraríamos los ecuatorianos con un cerco similar de los puertos
Bolívar, Guayaquil, Manta, Esmeraldas y Baquerizo Moreno, en Galápagos?
¡No puede interpretarse en forma correcta y justa lo sucedido en Cuba
sin tomarse en cuenta la conducta imperial abusiva del gobierno
norteamericano desde 1959, así como de su complejo industrial militar!
Luchar por la sobrevivencia soberana de una nación ante un colosal y
peligroso agresor ¿a quién le hace culpable?
EE
UU impuso romper relaciones con Cuba a todos los países del hemisferio.
Sólo México no acató esta brutal decisión. Ecuador rompió en 1962 las
relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con Cuba. Todos los
presidentes de EE UU apretaban la garganta de la hermana Cuba –para
asfixiarla- en medio del silencio cómplice de muchos países de América
Latina. Esa es la verdad histórica.
El
general Dwight Eisenhower empezó el cerco económico perverso e
inclemente y lo aplicó hasta 1961 cuando dejó el poder. John Kennedy
financió la invasión militar de Bahía de Cochinos en abril de 1961, y
los 1.500 mercenarios fueron derrotados en 48 horas. Desde 1963 hasta
1969 Lyndon B. Johnson, desde 1969 a 1974 Richard Nixon, desde 1974 a
1977 Gerard Ford, desde 1977 a 1981 Jimmy Carter, desde 1981 a 1989
Ronald Reagan, desde 1989 a 1993 George Bush, desde 1993 al 2001 Bill
Clinton, desde el 2001 al 2009 George W. Bush, y desde el 2009 hasta la
fecha con Barack Obama, se ha mantenido el cerco asfixiante, si bien
este último, ante el fracaso de esta medida criminal a una nación
entera, que motivó el formal reclamo de tres pontífices (Juan Pablo II,
Benedicto XVI, y el actual papa Francisco), ha buscado suavizar esta
monstruosidad única en la historia de la humanidad. ¡Jamás antes una
nación o sociedad, en miles de años, resistió con tanta abnegación y
tremendo sacrificio una arremetida tan prolongada, cruel y desalmada! ¡Y
Donald Trump ofrece revisar y anular lo poco que ha hecho Barack Obama
por aligerar la asfixia económica que dura más de medio siglo!
¿Quién
tiene mucha culpa en el drama del pueblo cubano y en sus actuales
condiciones de vida? ¿Desde cuándo se pretendía que una nación de
América Latina se arrodille humillada ante tan brutal agresor? ¿Quiénes
han sido los responsables de la situación de guerra permanente en contra
de Cuba, país que incluso debía destinar una parte de sus limitados
ingresos para la defensa ante un monumental adversario a solo 90 millas
de sus costas?
Es
obvio deducir que un estado de guerra permanente, desigual e inminente,
conllevó, en forma lamentable, a limitaciones en determinados tipos de
libertades. Pero esta situación tiene responsables; no puede acusarse a
una nación por defender la vida y soberanía por su derecho a sobrevivir.
¡Un estado de guerra no es un asunto de juego y menos ante la primera
potencia del mundo!
¿Desde
cuándo puede ser indicio de culpa el derecho irrenunciable a defenderse
frente a una amenaza inminente de liquidar a un pueblo de nuestra
América Latina? Estos aspectos no pueden silenciarse si alguien pretende
realizar un análisis serio del drama cubano. No es ninguna casualidad
que por décadas la Asamblea General de las Naciones Unidas ha condenado
el cerco en contra de Cuba en forma rotunda.
No
solo que jamás se arrodilló Cuba sino que, en conducta singular, en
proceder solidario e internacionalista incomparable, envió decenas de
miles de soldados a África donde derrotaron a los ejércitos del
apartheid y del racismo de Sudáfrica y Namibia, protegiendo la vida y la
soberanía nacional de varios países agredidos por el imperialismo, con
Angola a la cabeza.
No
es ninguna casualidad que cuando salió de la cárcel de Sudáfrica, luego
de 27 años de prisión infame, Nelson Mandela, manifestó que quería ir a
Cuba a abrazar a Fidel porque sin él, y el sacrificio heroico del
pueblo cubano, los pueblos de África todavía padecerían muchas mayores
desgracias. Esos son los hechos y esa es la historia. No pueden los
prejuicios obnubilar la justicia y la explicación objetiva de
controversiales hechos políticos.
Fidel
se retiró de la dirección de Cuba, muy enfermo, en el año 2006, antes
que el régimen entreguista de una supuesta “revolución ciudadana”, al
servicio de las multinacionales y como parte fundamental del pro yanqui
Plan Colombia, asumiera en el Ecuador el poder, disfrazándose de
“Socialismo del siglo XXI”, en enero del 2007. Esa también es la
realidad; precisión indispensable de formular para evitar afirmaciones
injustas o interpretaciones distorsionadas sobre su accionar y
responsabilidades. ¡Paz en su tumba!
de: Villavicencio Atienza, CÈSAR A. atienza_ddhh@yahoo.com [AHuA] <AHuA@yahoogrupos.com.mx>
responder a: AHuA@yahoogrupos.com.mx
para: AHua <AHuA@yahoogrupos.com.mx>
fecha: 28 de noviembre de 2016, 17:48
asunto [AHuA] Los culpables. Saludos.
lista de distribución: AHuA@yahoogrupos.com.mx
enviado por: returns.groups.yahoo.com
firmado por: yahoogrupos.com.mx
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2 de diciembre 2016
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